Omar San Lucas estrenará "El gusanito" al ritmo de reguetón
Capturar la atención de niñas y niños en la actualidad se ha convertido en una hazaña de alto nivel en una sociedad que se embelesa por el entretenimiento digital.
Omar San Lucas lo sabe, pero para este artista manabita, la animación infantil es una vocación que lo llevó a emprender sus actuaciones en forma creativa y lúdica con bastante éxito. Ya son 25 años que se presenta -y hace 11- lo promueve a través de su compañía teatral La Carpa de la Luna, en sociedad con su hermana Sandra, quien anima junto a él los eventos.
Este año le dio un giro a este proyecto bajo el nombre de Vamo a jugar y lo presentará el 1, 2 y 3 de junio, en la explanada del Teatro Sánchez Aguilar, durante la feria La Perchita que se desarrollará como parte de la celebración por el Día del Niño.
Además, el viernes, a las 20:00, San Lucas aprovechará la fecha para hacer el lanzamiento de su nuevo EP Splash, de cuatro temas, en el que consta una versión en reguetón de “El gusanito”, producida por Renny Rodríguez, el “Mago de la Melodía”, y que ya se estrenó en video. El sábado y el domingo su actuación será a las 17:00.
Espectáculo lúdico y recreativo
“A mí me gusta trabajar con niños porque ellos son un reto real”, dice el actor originario de Paján, quien empezó esta dinámica desde los 16 años cuando residía en Quito.
La capital fue su hogar desde los 5 años y a los 17 formó parte de un colectivo que le enseñó a usar zancos. “Yo desarrollaba actuaciones en la Casa de la Juventud, con la ‘Familia Sapo’ que creamos, hicimos animación, lúdico-recreativa con niños jugando, lo que ahora le llaman resiliencia”, asegura el actor.
Un año después, en 1998, cuando sucedió el terremoto que afectó a Bahía de Caráquez, sus colegas le propusieron viajar a esta ciudad para distraer a los hijos de familias afectadas por el sismo de 7,8 grados en la escala Richter.
“Al llegar allá debíamos hacer caravanas de la alegría para darles ánimos; y de repente, cuando íbamos a una escuela, vimos a una viejita que tenía su casa derrumbada, eso nos afectó, y al llegar vimos a los niños llorando en la esquina de un barrio. A partir de ahí nacen todos los experimentos”, recuerda el docente.
Con esta iniciativa de alentar a otras familias, Omar emprendió un viaje a Portoviejo para trabajar con la Asociación Cristiana de Jóvenes de Ecuador (ACJ/YMCA), que planteaba la formación de Círculos de Recreación y Aprendizaje.
Allí manejó un plan internacional de inserción a la lectura en la que diseñaba caravanas culturales y convertía textos en escenas teatrales.
Su amigo, el sociólogo Mario Rivas, fue una pieza importante para su proyecto, porque conceptualizó las diversas pruebas que analizaron mientras jugaban y enseñaban a los pequeñitos y las envió al Centro Colombiano de Filosofía Especializada para Niños. El resultado fue la beca que le otorgó su licenciatura en Filosofía.
“Mediante ciertas técnicas, aprendí cómo podía sacar información de los niños y que tengan lo que se llama pensamiento filosófico, utilizando cuentos como el de Alicia en el país de las maravillas, el más filosófico del mundo, donde puedes crearte un bucle intentando resolver alguno de los acertijos desde cualquier autor que escojas, como a Schopenhauer o Engels”, explica San Lucas.
En 2004 se trasladó a Guayaquil y sus presentaciones empezaron a hacerse eco al punto de establecer un espacio propio al que llamó Nano Teatro, estrenado el pasado 1 de octubre de 2017.
La música es otro de sus valores agregados, siendo “El blues de la ratita presumida” su primer inédito que adaptó del cuento original.
Las canciones de su nuevo EP serán interpretadas en vivo por la banda integrada por Marcos Morocho (batería), Eduardo Ortiz (guitarra eléctrica), Joseph San Lucas (bajo) y los coros de Linda González y Lola Vásquez.
“Splash”, “A-O”, “Arriba las manos”, “El monstruo de la laguna”, “Las vocales” y “El gusanito” conforman el disco que promueve los principios con una lírica sana y que sonarán en el espectáculo de una hora de duración. (I)