Al ingresar a la nueva exposición de la galería Khôra es inevitable que el espectador sienta familiaridad con los colores y las formas de las obras que se exhiben. Piezas rectangulares monocromáticas, pequeños paquetes negros expuestos tras una caja de plástico o trabajos en MDF con colores asépticos forman parte de la muestra objeto/fetiche, del artista guayaquileño David Orbea.

Se trata de una serie de piezas que, antes de ser intervenidas por Orbea, tenían una función útil en el consumo diario del artista, cuyo trabajo se caracteriza por recolectar objetos que luego él los alterará hasta que pierdan su “esencia” mercantil.

Lo que queda, finalmente, son obras que han desvirtuado al consumismo diario para convertirse en delicadas piezas que resaltan por su abstraccionismo geométrico, matérico y del color.

Perteneciente al colectivo Los Chivox, Orbea suele trabajar con empaques y envolturas de productos que encuentra en sus derivas por Guayaquil.

Sin embargo, para su primera exposición individual en Quito, el artista ha decidido utilizar aquellos objetos que lo acompañan en su cotidianidad, como cartones de jeringuillas para sus alergias, cajas de medicamentos para esa misma enfermedad, el soporte de un reloj que cuelga en su taller o paquetes de condones.

Al “editar” aquellos objetos, el artista respeta su diseño primario, pero altera la estructura del mismo empaque para evitar que la relación entre el espectador y la pieza sea directa.

En otros casos, las formas se alteran completamente, pero los colores que emplea remiten a sensaciones ya conocidas, como cuando usa el rojo y el amarillo, lo que hace inevitable pensar en las cadenas de comida rápida.

“Siempre me interesó la pintura, pero para abordarla en cuanto el color más que en la figuración, por lo que la abstracción geométrica me enganchó. De ahí sigo esta teoría de que actualmente todo está dicho y, partir de eso, busco similitudes, cercanías, con la historia de la pintura formalista, pero en objetos diarios, mercantiles, en el diseño industrial, sobre todo”, dice Orbea, quien, además de estudiar artes visuales, también tiene una licenciatura en publicidad.

Uno de los aspectos que más resalta en esta muestra de arte con aires de ready-made es la forma de presentación de los objetos. Cinco pequeños empaques negros, pintados únicamente en la base inferior con colores diversos, están expuestos tras una caja de plástico, como si fueran artículos listos para ser vendidos.  

Anamaría Garzón, directora de Khôra, señala que, a diferencia de los publicistas que a cada momento están ideando cómo ubicar y presentar nuevos productos en el mundo, lo que hace David es lo contrario. Sustrae lo que ya existe. “Al quitarle a los objetos su imagen los vuelve como cajas tontas, bobas, que no sabes cuál es su sentido”, añade Anamaría.

Y es en este punto cuando surge el gesto crítico de David Orbea: al alienar los objetos también desequilibra la forma serializada en cómo se producen las mercancías y, así, cuestiona la noción de originalidad en el medio artístico. A su vez, tensiona la barrera que separa el arte del mercado o la publicidad.

“Dejo un rastro en los objetos que te ayuda a sospechar qué podrían ser. Hay patrones que me gusta resaltar, como si hiciera un señalamiento”, dice Orbea, quien además materializa la idea del desgaste de la mercancía “dañando” los objetos y utiliza el concepto del fetichismo de la mercancía de Marx para sus reflexiones. (I)

Los Chivox
Alianza
La galería Khôra expondrá a diferentes integrantes de Los Chivox, colectivo de arte que maneja en Guayaquil el espacio Violenta. El primero que exhibió en Khôra fue Juanca Vargas. Ambos lugares compartirán artistas y experiencias.

4 artistas del colectivo Los Chivox expondrán en Khôra, entre este y el próximo año.

Sobre el artista
David Orbea (Guayaquil, 1986) es tecnólogo en Artes Visuales con mención en pintura del Instituto de Artes del Ecuador (ITAE). Tiene una licenciatura en Publicidad y Mercadotecnia. (I)