Publicidad

Ecuador, 29 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Largometraje sobre la campaña presidencial se volverá a proyectar el viernes, a las 16:30 en FlacsoCine

Instantes de campaña, un anecdotario que no desentraña al ser humano

Espectadoras piden que hayan subtitulos en películas para ayudar a personas con problemas de audición.
Espectadoras piden que hayan subtitulos en películas para ayudar a personas con problemas de audición.
27 de mayo de 2015 - 17:37

El estreno para el país del documental Instantes de Campaña (Tomás Astudillo, 2015)  –la noche del domingo pasado, en la sala de cine Alfredo Pareja Diezcanseco– tuvo a dos espectadoras que asisten a esta edición del Festival Encuentros del Otro Cine con el único interés de encontrar grandes historias. Eugenia y su amiga Teresa se distinguen de un puñado de espectadores que se autodefinen como cinéfilos e, incluso, de aquellos que reparan en asuntos técnicos como el montaje, la edición de fotografía o hasta las partes del guion que, a veces, revela una proyección.

Ambas adultas mayores ya perdieron la cuenta de los años que ha durado su amistad y compraron un ticket múltiple, un abono para asistir a 5 funciones. Aquella noche, las palabras “el presidente más mediático que ha tenido el Ecuador...” captaron su atención a través del programa de mano que Eugenia tomó de la taquilla en la sala de la Casa de la Cultura. Llegaron al lugar con una hora de antelación y en la larga fila que se formó recordaron momentos sobre la vida del presidente que habían visto a través de la televisión.

Es que Instantes... se rodó antes de la tercera reelección de Rafael Correa, durante la campaña política que emprendió en los meses de enero y parte de febrero de 2013. Pese a que el director estuvo a cargo del spot en que el mandatario recorre el país en bicicleta, la expectativa se concentraba en la posibilidad de que el rostro más humano del candidato apareciera.

La fotografía, a la que Tomás Astudillo y Simón Brauer decidieron quitarle el color, no solo alejó el concepto del filme de la propaganda política sino que, para Teresa y Eugenia, hizo que el protagonista se viera “más jovencito”. Comentaron eso en la primera aparición de Correa en la gran pantalla que vieron, pues ellas, como muchas otras personas de su generación, presentes en la abarrotada sala, parecen disfrutar más una película al comentarla que al verla. Es una forma de socializar los sentidos que genera. Más allá de una crítica especializada, lo que este tipo de espectadores busca es algo que los conmueva.

Esa noche las sensaciones tuvieron risas entre los asistentes, cuando el personaje principal saludaba a sus simpatizantes con palmadas efusivas; muestras de complicidad, cuando el presidente se mostraba cansado o cuando admitía, tajante, que ‘la vida familiar es el costo que le cobra la vida pública’; hasta hubo murmullos de reflexión cuando respondía que si tuviera la oportunidad de preguntarle algo a un espejo-oráculo mágico, le pediría saber cuándo será su muerte, “para estar preparado”.

Instantes de campaña es un anecdotario que muestra, casi de manera superficial, los vericuetos de la política, sin más. “No hay una unidad narrativa”, repetía David, un cineasta que, según afirmó, “no trabajaría en publicidad ni para campañas” aunque la productora audiovisual que acaba de contratarlo llegase a quebrar por falta de clientes.

Antes de la entrevista con el presentador Jorge Gestoso, el entonces candidato presidente critica el contenido de las telenovelas que transmite el canal GamaTv, “qué vergüenza”, exclama al escuchar uno de los encabezados, mientras se prepara la transmisión en directo que lo tuvo como invitado. En ese momento del filme aparece su contendiente, Guillermo Lasso, con una alocución que aporta poco al argumento, con un sentido que Astudillo definió como un recurso para hacerle saber a la audiencia que “había más candidatos”.

Otra de las espectadoras hizo un pedido específico: al ser no oyente, agradeció que haya subtítulos para las partes en lengua quichua, pero solicitó que también sean en castellano para que los filmes ecuatorianos se vuelvan más incluyentes. (I)

42 Días duró el rodaje, a inicios de 2013. Luego, 30 horas de material por editar dieron lugar a la obra de 52 minutos.

Tomás Astudillo le ofreció una copia subtitulada de su documental a una persona no oyente, el domingo.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media