“Improvisar es tocar caminos que no habías tocado antes”
Es la segunda ocasión en que la francesa Plume visita Ecuador para ser parte del V Encuentro Internacional de Canción de Autor que se realiza no solo en Quito, como es la tradición, sino también en Guayaquil y otras ciudades del país, desde el 26 de septiembre. Luego de su paso por la matriz del encuentro, hoy, presentará su espectáculo de trova moderna en el Teatro Sánchez Aguilar, tocando las cuerdas vocales, el piano, la guitarra y el looper.
La francesa de origen hispano-italiano se alimenta del viaje: Montreal, donde empezó en el metro; luego Berlín, Barcelona, Estocolmo, el desierto de Argelia y Quito, para ella, el verdadero flechazo que la abrió a sonoridades latinas.
¿Cómo hace uso del looper durante sus diversos conciertos?
La pedalera es como un papagayo que repite lo que hago con la voz, la guitarra o el piano, sin parar hasta que uno lo decida. Pero cuando lo repite puedes sobreponer voces, armonías, gritos de animales, lo que quieras para dar atmósfera.
¿Es más difícil trabajar el ritmo (la melodía) o la armonía?
El ritmo, porque hay que ser muy preciso rítmicamente, estar muy concentrado en ello, después la armonía es menos complicada.
¿Puede armar temas en vivo?
La parte principal es escrita, compuesta, pero hay mucha improvisación en el momento y con el público, al que siempre hago participar. Hay mucha libertad.
¿A qué llama improvisación?
Es un juego, es jugar con las notas y con el ritmo. Es tomar caminos que no has tocado antes. Empiezo todos los conciertos con una parte de improvisación en la que digo hola a la gente, aquí lo haré en español, francés y kichwa, que es diferente en cada ocasión y para mí es importante empezar cada concierto de esta manera arriesgada para quebrar la separación público-artista.
¿Qué género disfruta más?
Todo, la música es una sola. Empecé mucho con el jazz, pero últimamente me han gustado más los ritmos tribales más sencillos; al principio me gustaban muchas cosas complicadas con solos e instrumentos y cada vez me gustan más las cosas sencillas con guitarra, dos voces, pero que suenan. Que son pura melodía y bien escritas, nada más.
Creo que una buena canción no necesita 2 baterías, 2 teclados y un coro de mil personas para cantarla, si es buena solo la voz y una guitarra la pueden hacer sentir.
¿Qué ha aprendido en Ecuador?
Me gusta mucho, he viajado un poco y me gusta la manera de compartir con los otros, lo que se hace en Quito en el encuentro de cantautores, sin competición o juicios. La gente es muy sencilla y abierta, se tocan casi sin conocerse. He escuchado muchos sonidos que me han encantado, Fernando Aramís, Nahuel (Carlos Porcel de Peralta), Fabián Meneses, por su música y modo de tomar la poesía, asimismo, David Bonilla puso una de mis melodías a una de sus letras. En el intercambio entre músicos, desde hace 3 años que estuve en Quito, Sven Pagot (“El Payaso Triste”) hace sus conciertos con la pedalera.
La obra de Plume puede oírse en www.myspace.com/plumemusik