Programación continua y comunicación son parte de la gestión
Casa Fantoche, de lo emergente a lo estratégico
La Casa Fantoche permaneció cerrada durante un año “porque es complejísimo mantener una producción bajo control”, dice Hugo Avilés, director fundador del espacio que ahora busca dinamizar su oferta y ha establecido alianzas para sostenerse desde lo emergente.
Casa Fantoche se fundó por el grupo teatral del mismo nombre hace cinco años en un departamento de Loja y Rocafuerte, en el centro de Guayaquil.
Su propuesta principal fue, desde entonces, el impro, técnica escénica que permite contar historias que se generan y desarrollan en el momento de actuarlas. Cada obra se convierte en única.
Actualmente, en la ciudad se ha generado una tendencia de conformar espacios similares: Microteatro, Casa Cino Fabiani, la Casa Clandestina, Muégano, entre otras, con propuestas teatrales distintas. Fantoche se convierte en el más antiguo de estos espacios emergentes y tras el ‘boom’ se ha visto en la necesidad de replantearse.
Entre las razones están las circunstancias legales en que se desarrollan las actividades artísticas. Para el Municipio de Guayaquil este tipo de grupos es catalogado como ‘empresarios’. ¿Finalmente lo son?
“En términos de gestión cultural uno termina siendo un empresario, pero no en términos de réditos, porque un espacio cultural sin pérdida ya es un éxito consumado. Yo apunto con el diseño a que si no se gana, que no se pierda, al menos”, explica Avilés.
Avilés comenta que plantean constituirse en un ‘centro cultural’, para lo cual han trabajado en una oferta que se resume entre Jueves de Contracultura, Viernes de Comedia y Sábados de Teatro.
Además, han hecho una alianza con la productora Etiud, para la consolidación de un programa y la búsqueda de estrategias para crecer dentro de su comunidad y fuera.
La política que mantiene este conjunto de gestores culturales es que la escena independiente más que el tradicional ‘boca a boca’ y la difusión necesita ser vista para atraer un público y por ello consideran fundamental el registro audiovisual, explica Federico Koelle. (I)