Bienal de Arquitectura de Quito concluye con un taller para profesionales
La Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito concluye esta semana con la realización del taller de espacio público: "Convergencias, Arquitectura, Paisaje", que está dirigido a profesionales de la arquitectura.
Durante tres días los arquitectos tendrán un estudio de caso para establecer estrategias proyectuales integradas, criterios de sostenibilidad y cuidado del paisaje. El objeto de estudio será la avenida Pichincha, en el centro de la capital, desde la Plaza Alameda, hasta el Playón de la Marín.
Esta zona está abordada por inconvenientes como ruido, tráfico, estructuras dañadas y problemas socioeconómicos que contrastan con la arquitectura colonial y las iglesias patrimoniales del Centro de Quito.
Los académicos Paola Pracchi y Mario Cueva explicaron cómo se abordará el asunto, durante los tres días que podrán el final a la Bienal Arquitectónica.
¿Cuál es el balance de la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito (18 al 22 de noviembre)?
Pablo: Fue un gusto ver como la propuesta conceptual de la bienal tuvo una muy buena acogida desde la temática planteada hasta las discusiones. Todo el equipo está muy satisfecho con el trabajo, esto reúne a muchísima gente entre conferencistas, críticos de arquitectura,, una cartelera de invitados internacionales muy importantes y actores como urbanistas, estudiantes profesionales…Vivimos hace una fiesta hace una semana en el Centro Histórico, los invitados han destacado mucho la calidad del evento, el nivel de organización y los contenidos discutidos.
¿Cuáles son las perspectivas del taller de espacio público: "Convergencias, Arquitectura, Paisaje" cierre de la Bienal?
Paola: Es un taller de espacio público que está relacionado al tema central de la Bienal. La colaboración este taller ahora está apoyada por el Ministerio de Europa y Asuntos Exteriores, el Instituto Francés y la Alianza Francesa de Quito en el marco de las estrategias para la exportación de las industrias culturales y creativas. Es un taller intensivo, con tres días de trabajo, y dirigido para los profesionales de la arquitectura. Está orientado por un equipo internacional de profesionales tanto franceses, como ecuatorianos, colombianos, argentinos y brasileños. Hemos identificado como zona de estudio en paisaje urbano, la avenida Pichincha, desde el Parque de la Alameda hasta la estación de la Marín. Cada equipo trabajará una idea estratégica y un punto focal donde se pueda aterrizar las ideas.
Pablo: En ese sentido la Secretaría de Ordenamiento Territorial del Municipio es un coautor de este espacio, para que de alguna manera se pueda incidir en proyectos, decisiones, planificaciones. Posiblemente al finalizar el taller el miércoles (27 de noviembre) veremos cómo fue ese intercambio de ideas.
¿Es posible que se establezcan proyectos, tras comentarios y experiencias que se compartan en el taller?
Pablo: Nuestra selección de conferencistas responde a la diversidad de líneas de pensamiento de la arquitectura. Temas puntuales no han salido, sí preocupaciones. Tuvimos un primer intercambio de ideas y preocupaciones en las charlas preliminares, como es el caso del Centro Histórico. Hay problemas de cómo está vulnerado por los problemas de movilidad, los problemas socioeconómicos, los problemas ambientales. Es un equipo bastante abierto y diverso, por lo que las conclusiones vendrán desde esa diversidad.
Entonces, ¿El taller podría ser una puerta a la toma de decisiones desde entidades, como por ejemplo el Municipio de Quito?
Paola: Contamos con el apoyo de la Secretaría de Hábitat y Ordenamiento Territorial. La idea es poder alimentar propuestas y estrategias que podrían ser útiles frente a los futuros desafíos para este sector.
Pablo: Se considera que en tres días posiblemente no saldrá una propuesta, pero sí unos diagnósticos y líneas que posiblemente planteen cambios estructurales y de fondo, que son el inicio de cualquier transformación. La idea es esa, que el taller pueda generar un insumo, que surja una idea o una transformación estructural. Sí creemos que desde la arquitectura o desde lo que nos compete en la Bienal se proponga al menos una idea de cambio.
Al haberse realizado la Bienal en el Centro Histórico, ¿Se conversó acerca de temas relacionados a la infraestructura, la movilidad, la conservación u otras problemáticas de este sector?
Paola: El tema de la Bienal no estaba centrado sobre el Centro Histórico. La gran novedad de la Bienal de este año es que se desarrolla en el Centro Histórico para hablar de una convergencia de la arquitectura dentro del paisaje urbano y un poco para concientizar a la gente de cuál es nuestro rol como arquitectos. No hemos trabajado por una sola respuesta sino que hemos abierto el debate sobre cuál debería ser la ruta a tomar en consideración para pensar de una forma más consciente del paisaje que estamos construyendo.
Pablo: La Bienal más que proponer soluciones busca generar conversaciones en el debate y a partir de este proponer formas de cambiar, pensar y concebir los proyectos. El hecho de que haya ocurrido en el Centro Histórico sí tiene un impacto directo, porque pone en valor la belleza arquitectónica y patrimonial. O poner en manifiesto como el Metro de Quito ha incidido positivamente en la movilidad. Y también desnudar problemas sociales que aquejan al Centro. La incidencia de la Bienal es reflexionar sobre la importancia de la arquitectura en la construcción de entornos.
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