La utilización de focos incandescentes no solamente que encarece el consumo eléctrico, sino que la producción de la energía eléctrica que utilizan origina la gran cantidad de gas carbónico, CO2 que, como conocemos, atraviesa la atmósfera y reduce la capa de ozono que cubre nuestro planeta, la misma que nos protege del ingreso de los rayos ultravioletas, los cuales fundamentalmente si pasan de cierto índice, producen cáncer a la piel.
Los países de diferentes partes del mundo están tratando de eliminar las bombillas incandescentes, así por ejemplo en las tiendas europeas, desde el 1 de septiembre del 2009 se están prohibiendo las bombillas de 100 w. o más, y en septiembre del 2010 de de 75 w., y después de 1 año los de 60 w., tal como lo aprobó la Unión Europea en el mes de diciembre del 2008.
La sustitución de estas bombillas incandescentes permite en Europa, según los análisis, un ahorro de hasta 150 euros por hogar, lo cual equivale a un total de entre 5 mil y 10 mil millones de euros en toda la Unión Europea.
Es importante mencionar que el gobierno ecuatoriano promueve en forma muy responsable el uso de los focos ahorradores, habiendo desarrollado un proyecto de sustitución masiva de 6 millones de focos incandescentes por focos ahorradores, constituyendo un trabajo de gran importancia; no solo significa el ahorro sino la defensa de nuestro planeta, al no dejar atacar mediante el CO2 la capa de ozono que la protege. Se indica que en el año 2007 se instalaron 150 mil luminarias en viviendas de escasos recursos económicos del país, teniendo proyectado repartir 6 millones de focos ahorradores en todo el país.
Se ha entregado los focos ahorradores en forma gratuita, inclusive los dejaban bien instalados, con lo cual se daba una importancia a la protección, para evitar los riesgos en la salud humana, que están presentes debido a que estos tienen mercurio y, por lo general, en caso de romperse se contamine el aire de la habitación y los elementos que se encuentran a su alrededor, y pueden permanecer por largo tiempo.
Sobre lo cual existen las recomendaciones de que si se rompe el foco, se debe salir de la habitación y dejar que se ventile por lo menos 15 minutos, limpiar el sitio donde cayeron los pedazos del foco, utilizando guantes de caucho. No usar aspiradora, evitar que se levante polvo y evitar inhalarlo. Recoger los fragmentos de vidrio, limpiar el área de contacto con un paño húmedo.
Se debe advertir que los niños son más susceptibles a los efectos tóxicos.
En realidad, prácticamente no se ha conocido de accidentes al respecto, sin embargo y sería conveniente que se difunda un poco más las precauciones a tomar, para que esta medida, cuyo objetivo principalmente es no perjudicar más al planeta, solo obtenga estos resultados positivos.