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El Telégrafo
Bernardo Sandoval

Los resultados y la calidad

06 de febrero de 2022

El mundo competitivo nos ha llevado a buscar, en casi todo, al mejor.  El establecer quién es el mejor individualmente o institucional o corporativamente, en cada una de las disciplinas del quehacer humano, sean estas profesionales, deportivas, artísticas, industriales o comerciales, es difícil por la carga de subjetividad y sesgos por la temporalidad. Inclusive algunas estadísticas perjudican a quienes vivieron décadas anteriores a la actual porque no disponían del número de oportunidades que hoy están presentes.

 

Yo creo, por ejemplo, que el mejor piloto de fórmula 1 fue Ayrton Senna; sin embargo, sus estadísticas no son mejores que las de Lewis Hamilton o las de Michael Schumacher.  No obstante, un análisis más agudo permitirá ver que en la época de Senna, se corrían entre 12 y 15 grandes premios por año y ahora 20 o más.   Además, el piloto brasileño murió en el pináculo de su carrera, cuando le faltaba muchísimo más por entregar.  Ahí no más, el análisis permite ver diferencias muy grandes.  Hecha esta digresión, voy al punto esencial: los resultados marcan la calidad y son los que definen a los mejores.  Ya lo había dicho un titán de la ciencia, el científico e inventor Nikola Tesla: “El futuro mostrará los resultados y juzgará a cada uno de acuerdo con sus logros”.

 

Desde hace décadas el mundo busca mecanismos para mejorar la calidad, crear estándares y desarrollar sistemas de acreditación.  Estos sistemas, con justa razón, se basan en la medición de calidad de los procesos y también en la calidad de los resultados. Yo soy de los que cree que la calidad de los resultados, casi siempre, revelan la calidad del proceso. Buenos resultados que se sostienen en el tiempo revelan procesos bien ejecutados. Lo otro no siempre es así. Procesos aparentemente muy bien construidos, apegados a la lógica y disciplinadamente ejecutados, no siempre llevan a buenos resultados.  Por lo dicho, creo que una forma mucho más económica de implementar procesos de acreditación es la evaluación de resultados. Esta argumentación debería tenerse en cuenta en el Ecuador por los organismos reguladores de la Educación Superior para sus procesos de acreditación.

 

Todos se atribuyen la gloria de ser los mejores.  El juicio sobre los logros está en los resultados.  Ya lo dijo Nikola Tesla.

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