El fútbol es un mundo diferente y juega con los sentimientos de millones de aficionados. Pero esos sentimientos necesitan una base real, una gestión empresarial para hacerlos tangibles sin hipotecar económicamente a una sociedad tan grande como Barcelona. Combina el negocio con esa ilusión, con los sueños de fútbol.
Esto revela el significado de pertenecer a un club tan grande. El que más hinchada tiene en el país. Ídolo al haber ganado más títulos (13) junto a El Nacional, jugado dos finales de Libertadores, poseer el mejor estadio del Pacífico y ser el único equipo ecuatoriano que ganó en Maracaná, el más grande estadio del mundo. No es una institución que tenga que estar mirando a otras. La exigencia es máxima, independientemente de lo que haga cualquier otro equipo.
Lograr un título con la plantilla de Barcelona simboliza el triunfo de la fortaleza emocional y calidad, porque en este club se debe jugar para vivir, no para cobrar. De Barcelona fueron directo a Boca Juniors el DT Habegger y Noriega; a Independiente, Brindisi; a San Lorenzo, Insúa; a Vasco, Hólger Quiñónez; al América, Alfaro Moreno; al Cruz Azul, Agustín Delgado; y a Peñarol, Alberto Spencer, proclamado máximo goleador en la historia de Copa Libertadores. Los grandes jugadores no son un enganche, son las herramientas indispensables.
Lo dirigieron grandes estrategas campeones del mundo de clubes: Roque Máspoli (Peñarol) y Carpeggiani (Flamengo), técnicos mundialistas: Santibáñez, Solari, Hobberg, Antoninho, y más de 30 jugadores Copa Mundo, entre ellos campeones: Moacyr (Suecia 58) y Trobbiani (México 86). Único club ecuatoriano que ha derrotado a los mejores equipos del planeta: Barcelona de España, Sao Paulo, River Plate, Peñarol, San Lorenzo, etc. Dirigir a la institución más grande del Ecuador es un sueño. Hay que sentirse orgulloso de poder hacer realidad un sueño a base de trabajo, exigencia y desafíos.
En 1971 fue capaz de derrotar al entonces tricampeón de América, Estudiantes de La Plata, en su estadio, por lo que es el único equipo que ha vencido en toda la historia de Copa Libertadores a los “pincharratas” en su propia cancha. Barcelona es, sobre todo, un estado de ánimo, cuya historia forjó una marca registrada llamada “garra”; por eso, a pesar de no haber ganado la Libertadores y Sudamericana, es el único club ecuatoriano que ha ganado en todos los países de América donde jugó. El fútbol suele ser cruel por naturaleza. El balompié sólo es presente y no tiene memoria, sobre todo cuando se pierde.
La historia de este equipo intimida a cualquier rival, en la misma porción que a sus propios jugadores. El respeto heredado hace que los visitantes se rindan antes del combate, que los enemigos sientan miedo. Sin embargo, su camiseta no tiene varita mágica para hacer ganar sin esfuerzo, porque la deben vestir solo jugadores a la altura de su prestigio, que sientan la amarilla por convicción y no por conveniencia.
La cantera del Barcelona se integrará al proyecto, debe tener una participación importante, pero el club no puede ser formativo y competitivo. Los juveniles tienen una presión muy grande, pero que no se deben achicar, sino motivarlos. Llegan en el momento justo de su carrera, con el conocimiento de lo que hay qué hacer.
Hay quienes tardan en comprender el peso de esta camiseta, que hace más grandes a los grandes, cuando logran situarlo en su pedestal de poder. ¿Por qué a algunos les cuesta triunfar? Porque en Barcelona deben ser mejores a puñalada limpia y habitar en un mundo lleno de adversarios, y eso, al que no tiene clase, espíritu guerrero y poder de adaptación los ahoga en su mediocridad. Jugar en Barcelona es dejar la cancha bañada de sangre, sudor y lágrimas.
COPA NELSON MUÑOZ CUSTODE
El miércoles en el estadio 9 de Mayo de Machala, Barcelona con todas sus figuras estará enfrentándose al Orense F.C., en un partido de comprobación en el cual se disputará la copa “Nelson Muñoz Custode”, plaza donde tiene gran convocatoria el conjunto “amarillo”. El año pasado, Deportes Tolima fue el rival del cuadro “torero”, ganando el partido 2-1 y llevándose la copa a tierras colombianas.
El trofeo a disputarse es el “Nelson Muñoz Custode” (+), quien fue un empresario identificado con la agroindustria. Su impronta estuvo marcada también por la vinculación al deporte en 1958, cuando fue miembro de la Liga Cantonal de Pasaje y llevó el fútbol profesional a la provincia de El Oro. En 1973 estuvo entre los pioneros del balompié de primera, junto a los hermanos: Luis y Hugo Encalada, Carlos Falquez; 1975-1976 fue vicepresidente del Club Carmen Mora en el fútbol nacional.
Al hablar de Nelson Muñoz, no estoy hablando solo de mi padre, sino de la caballerosidad, honestidad humana y empresarial a lo largo de su vida familiar y pública.
Fueron 60 años que vivió en la provincia de El Oro, donde quienes lo conocieron pudieron ver en él, un ejemplo de trabajo, perseverancia y nobleza.
En cada uno de los campos en los que participó, dio muestras de una decencia a carta cabal, la limpieza de sus procedimientos hicieron merecedor al aprecio y admiración dentro y fuera de la provincia de El Oro.
Incursionó en la agricultura, en la acuacultura, en la banca, en la agroindustria, en la exportación y también en el deporte.
Fue designado “Mejor Ciudadano de El Oro” en el año 2004, Prefecto encargado de la provincia, Presidente del Directorio de Autoridad Portuaria, Presidente ocasional del cantón Pasaje, Presidente de Directorio del Banco del Pacífico (El Oro) y vicepresidente de Club “Carmen Mora de Encalada” de Pasaje.