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El Telégrafo
Fabrizio Reyes De Luca

Pánico en los mercados

27 de agosto de 2015

Los mercados globales han vuelto a entrar en pánico a medida que la economía china sigue dando muestras de un profundo debilitamiento. El sector industrial de China se contrajo a su nivel más bajo en seis años con la reducción de la demanda interna y las exportaciones. Esto aumenta las preocupaciones de que la segunda mayor economía del orbe podría estar desacelerándose bruscamente e impactar negativamente a los mercados financieros.

Se trata del gigante asiático, cuya economía no ha parado de crecer en la última década a un ritmo vertiginoso sin parangón en otras regiones. Su influencia ahora mismo en la economía del resto del mundo es similar a la de Estados Unidos. Su bonanza y su debilidad tienen unas repercusiones que nos cuesta imaginar, por lo que podría haber mucho en juego.

Se supone que los mercados financieros adelantan lo que está por venir, así que estas fuertes caídas de las bolsas están anunciando algo que puede frenar la recuperación económica mundial.

La desaceleración económica de China está exacerbando la superabundancia de todo, desde el petróleo a los metales, pasando por los alimentos básicos. El mayor usuario de energía, granos y metales tuvo un crecimiento mucho más débil de lo esperado en el primer semestre del año, y esa tendencia continuará en los próximos meses. Este hecho está impulsando una fuerte caída en los mercados financieros con implicaciones directas para la economía global. El petróleo seguirá en descenso, dado que los países productores mantendrán su producción para defender su cuota de mercado. No deberá sorprendernos que el barril de petróleo baje pronto a 30 dólares.

La sorpresiva devaluación del yuan y el desplome en los mercados bursátiles puede provocar un aterrizaje forzoso que pulverizaría la incipiente recuperación. La economía se encuentra en los albores de una nueva crisis financiera de incalculables consecuencias y esta vez los bancos centrales no podrán aplicar planes de rescate porque ya agotaron toda la gama de políticas públicas en ese sentido.

La caída de las materias primas y el desplome del precio del petróleo han hecho perder a los productores en el último año una suma equivalente a toda la economía de la India. Los bajos precios han acabado con más de 2 billones de dólares en acciones de las empresas mineras y petroleras desde mediados de 2014, según datos señalados por Bloomberg. Esto se compara con el PIB de la India.

La subida de tipos de interés, tan esperada por la Reserva Federal de EE.UU., se hace ahora mucho menos probable. El potencial de nuevas devaluaciones en el yuan chino no solo hace imposible elevar las tasas de interés en Estados Unidos, sino que alienta nuevos riesgos deflacionarios para la economía global. El actual nerviosismo de los mercados tiene poco que ver con la crisis griega y su inevitable abandono de la moneda única. Es la prueba más concreta de que hemos entrado en una nueva crisis financiera de gran magnitud, tal como la de hace siete años. (O)

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