La vida es en esencia una cadena interminable de decisiones, y no panas… ¡Este no será otro artículo sobre las elecciones!, simplemente es una nota de reflexión ante la importancia de tomar decisiones. Ya que algunas son grandes y marcan nuestras vidas para siempre, otras pequeñas y dan luz a nuestros días. También, algunas de estas elecciones son conscientes y deliberadas, mientras que otras parecen ocurrir automáticamente, sin siquiera pensarlo; ambas igualmente importantes que nos llevaron al bello aquí y ahora, y que permitieron que seamos las personas en este instante leyendo este artículo, ya que en el amalgama de lo que somos no hay otro nosotros y vivir es tomar decisiones.
Es interesante notar cómo gran parte de lo que hacemos en la vida cae en la segunda categoría: las decisiones automáticas. Mis panas dicen por ahí que tan solo somos conscientes del 1% de decisiones, porque tomamos en promedio 35.000 por día, de las cuales 100 son 'reales' o conscientes y 4 son tomadas por hora. Desde el dormir 'cinco minutos más', la forma en que nos cepillamos los dientes, el decidir si nos ponemos medias o no, hasta elegir la ruta que tomamos para llegar al trabajo, si le invitamos un café a ese alguien especial o, si terminamos esa tarea que está pendiente. Gran parte de nuestras acciones diarias se basan en patrones establecidos a lo largo del tiempo. Estas decisiones automáticas pueden ser convenientes y eficientes, pero a menudo nos hacen olvidar lo esencial: que cada elección, sin importar cuán pequeña parezca, tiene un impacto en nuestra vida.
Y no, no estoy diciendo que tomar decisiones en automático según nuestras convicciones, personalidad, comportamiento o emociones sea algo malo, porque tomar una decisión es un proceso cognitivo que genera fatiga, lo que quiero decir es que procuremos darnos cuenta de al menos esas 100 decisiones que tomamos por día y las nutramos de herramientas enriquecedoras como 'pensar fuera de la caja' o 'consultar una opinión diferente'.
En la sociedad actual, a menudo se nos presenta la idea de que hay decisiones correctas e incorrectas, buenas y malas. Nos enfrentamos a una presión constante para tomar las 'decisiones correctas', especialmente en áreas críticas como la educación, la carrera, las relaciones y la salud. Pero, ¿qué pasa si desafiáramos esta noción y consideramos que todas las decisiones son igualmente importantes?
Tomemos un momento para reflexionar sobre esto. Cada elección que hemos hecho, ya sea consciente o automática, nos ha llevado al momento presente. Si bien algunas decisiones pueden haber resultado en desafíos o dificultades, también nos han brindado oportunidades de aprendizaje y crecimiento. En última instancia, todas las decisiones nos han moldeado en las personas fuertes, sabías y valientes que somos en este instante.
En lugar de juzgar nuestras elecciones pasadas como "correctas" o "incorrectas", podríamos adoptar una perspectiva diferente: que cada decisión nos ha llevado a un lugar único en nuestra vida, con sus propios desafíos y recompensas. En vez de lamentarnos por lo que podríamos haber hecho de manera diferente, podríamos aceptar que nuestras elecciones pasadas son parte de nuestra historia y que siempre tenemos la capacidad de tomar nuevas decisiones a partir de este momento.
La vida simplemente es. No existe una hoja de ruta universal que debamos seguir, y cada uno de nosotros está en un viaje único. En lugar de centrarnos en encontrar el camino 'correcto', podríamos enfocarnos en cómo queremos vivir en el presente. Podríamos preguntarnos qué decisiones nos acercarán más a la persona que deseamos ser y qué acciones nos permitirá contribuir de manera significativa al mundo que nos rodea.
El acto de tomar decisiones conscientes y deliberadas puede ser un recordatorio poderoso de nuestra agencia en la vida. Nos recuerda que somos los narradores de nuestra propia historia y que tenemos la capacidad de dar forma a nuestro destino. Cada elección que hacemos es una oportunidad para alinearnos con nuestros valores y metas, y para crear la vida que deseamos vivir.
En última instancia, recordemos que la vida simplemente es. Y en ese simple ser, nuestras elecciones son las que dan forma a la experiencia que llamamos vida. Tomemos decisiones con intención, vivamos en el presente y celebremos la riqueza de nuestras elecciones, porque en ellas encontramos el poder de ser quienes somos
Así que, panas, la próxima vez que se encuentren frente a una decisión, ya sea grande o pequeña, recuerden que todas las decisiones son importantes. No importa cuál elijan, les aseguro al 100% que serán llevados a un nuevo capítulo en su viaje. La vida es un lienzo en blanco esperando ser pintado con las pinceladas de nuestras elecciones. Entonces, ¿qué historia desean contar?