Que un banquero llegue al poder sería un escenario que el pueblo ecuatoriano no lo soñó ni en sus peores pesadillas, en plena crisis financiera de 1999. No obstante, vemos abrirse un contexto de espléndidas oportunidades políticas para el banquero Lasso: ha anunciado que liderará la iniciativa de una consulta popular para cuestionar el paquete de reformas (¿enmiendas?) constitucionales y otros temas que, según su opinión, preocupan al pueblo ecuatoriano.
Según el reconocido teórico político Charles Tilly, las oportunidades políticas son generadas por los propios actores a favor de sus movimientos y demandas, pero también las oportunidades pueden generarse a favor de sus adversarios, cuando estos actores se equivocan. ¿Será ese el caso del gobierno frente a Lasso? No está claro el escenario, pero podemos advertir que la intención de la derecha es capitalizar el descontento social generado a partir de una incesante serie de medidas, anuncios y amenazas que parecen no dar tregua, y que van abordando uno a uno, a diferentes sectores de la sociedad.
El señor Lasso ha declarado a la prensa que “CREO está dispuesto a recoger firmas para que la gente se pronuncie y diga si quiere frenar al Estado controlador”. Pero aquí, a mí entender, hay una confusión. Sobre el modelo de Estado y sociedad que queremos ya se pronunció el pueblo ecuatoriano: por mayoría aprobamos la Constitución de Montecristi, este es el espíritu y el norte, del cual ahora el propio gobierno parece desviarse. La consulta no es sobre el “Estado controlador”, como el enfoque tradicional neoliberal suele llamar al rol activo del Estado para corregir distorsiones económicas o sociales. La consulta es, o debería ser, sobre enmiendas que pretenden vulnerar precisamente el espíritu de la Constitución y el proyecto político aprobado en Montecristi.
A simple vista parecería que la izquierda opositora al gobierno y la derecha están de acuerdo: consulta popular sobre las enmiendas constitucionales propuestas por el gobierno. Esta es una apreciación superficial, el señor Lasso pide una consulta totalmente distinta, una consulta acerca de lo que denomina el “Estado controlador”, acerca de la dolarización, y de paso acerca de las enmiendas, pero su objetivo no parecería ser más participación, democracia y distribución, sino más individualismo, mercado y menos Estado. Pero ¿quién aúpa el proyecto de Lasso? ¿quién lo ha erigido a él y a su movimiento como los contendores legítimos y como la derecha moderna ecuatoriana?
Alianza PAIS tiene toda la razón en decir que, en el mismo talante de la consulta auspiciada por Lasso, debían habernos consultado acerca de una dolarización que fue impuesta, o acerca del feriado bancario. Son argumentos contundentes. Así mismo, en algún momento, la historia reclamará a la Revolución Ciudadana el no habernos preguntado acerca del Yasuní o acerca de la reelección indefinida. Dice el adagio que el peor error es no aprender de ellos, así sean ajenos, pero parece haberse debilitado la capacidad de autocrítica y aprendizaje.