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El Telégrafo
Elizabeth Cabezas *

Mujeres: de la papeleta al poder

08 de marzo de 2020

Este 2020 el Código de la Democracia fue reformado y presenta cambios interesantes en el fortalecimiento de la participación de la mujer en la política. Esto es loable, pero debo confesar que suelo cuestionarme la necesidad de la norma por sobre el sentido común, como en este caso; me resulta incómodo que nuestro sistema democrático necesite que una ley obligue a los partidos políticos a la paridad de candidatas en sus papeletas electorales.

La ley ayuda, claro, pero no resuelve las limitaciones arraigadas en un sistema político que reproduce, sin mayor diferencia entre tiendas políticas, un esquema patriarcal, vertical y mesiánico que poco ha cambiado en la historia del país. Hay que admitir que hemos reformado decenas de constituciones y leyes, pero las estructuras políticas tradicionales no se modifican sustancialmente.

La reforma al Código de la Democracia dispone paridad en las papeletas, pero seremos las mujeres al interior de los movimientos y partidos políticos las que daremos una dura batalla para que esta representación no sea artificial ni nominal y para que se reconozcan y pongan en valor los liderazgos femeninos.

La agenda de género no se reduce a la paridad. Las mujeres tenemos perspectivas propias respecto a múltiples temas. La economía y la seguridad, la violencia social, de género y el deterioro del medio ambiente nos afectan con sus particularidades. El desempleo también tiene perspectivas de género, así como la innovación y el emprendimiento, por mencionar ejemplos, que deben ser seriamente tratados en todos los espacios de lo público, empezando casa adentro en los partidos políticos. Las mujeres también ejercemos el poder del voto y podemos distinguir aquellos liderazgos femeninos que construyen y proponen, de aquellos que se colocan por trámite o se subordinan sin criterio a la voz del patriarca y las prácticas violentas, competitivas y desleales que merman nuestra fuerza en la política. Nuestra voz al interior de los partidos debe ser hoy más fuerte que nunca; nuestro voto es un mensaje potente que puede lograr cambios reales más allá de la norma. (O) * Asambleísta de Alianza PAIS

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