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El Telégrafo
Fernando López Parra

El “miedo” en la toma de decisiones

27 de marzo de 2019

El acto de gobernar o dirigir en la administración pública está sustentado por la toma de decisiones y cada vez es más común que los actos administrativos más diversos sean practicados teniendo como “motivo” el culto al “miedo”. Se trata de un fenómeno todavía poco percibido por la doctrina administrativa, pero de consecuencias complejas, como a continuación se intenta demostrar.

Iniciamos tratando de responder a la pregunta: “miedo de qué y de quién”, preguntas que tienen tres posibles respuestas: en primer lugar, el directivo puede tener miedo de las consecuencias nefastas para terceros de su decisión. Un segundo miedo es que el decisor público - político puede tener miedo de las consecuencias político-electorales y de su impacto en las próximas elecciones, de su capacidad de agradar o desagradar a los votantes y en tercer lugar están los miedos a las consecuencias legales, financieras y administrativas de la toma de decisiones en la gestión de lo público.

Probablemente, el último miedo colocado es el principal y más frecuente en la administración pública, al ver la posibilidad, por el directivo, de ser responsable y sancionado por los órganos de control públicos, que basan sus análisis en innumerables normas y actos administrativos.

La administración pública del Ecuador requiere pasar de una gestión fundada en el control para una gestión en la cual se priorice la eficiencia en el uso de los recursos públicos y la eficacia en el cumplimiento de las metas. Esta realidad, sobre los sistemas de control, hace que tengamos un aparato administrativo costoso y poco eficaz, que prioriza los procesos burocráticos en desmedro del cumplimiento de metas de las políticas públicas del gobierno.

Uno de los componentes estratégicos es avanzar a una verdadera profesionalización de gestión pública en nuestro país, que se desate de las amarras del clientelismo y de la visión patrimonialista del Estado, que es propio de la mayoría de las administraciones públicas de nuestro continente.

También los organismos de control de lo público deben repensar su rol, sus mecanismos y sus procesos, para que el miedo, que es parte de la toma de decisiones, sea menor en beneficio de la gobernanza de las políticas públicas y del bienestar para la sociedad. (O)

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