Hace un par de años un grupo de académicos ecuatorianos recibimos la gentil invitación del gobierno chino para visitar su país. Fue una experiencia única conocer esta cultura milenaria, majestuosa y acercarse a la complejidad de la transición del proceso chino; percibir claramente la transformación y crecimiento frente a nuestros propios ojos – a pesar de su desaceleración-, mientras que realidades menos perceptibles a nivel político y social, flotaban en el ambiente. Durante nuestra estancia allí ocurrió un escándalo de corrupción de un dirigente del partido, y la tensión fue evidente.
Las recientes manifestaciones estudiantiles en Hong Kong, dan cuenta de cómo, acá o en la China, los estudiantes hacen revueltas con exigencias específicas. En este caso, lo que está en juego es la democratización en el proceso de elección de las autoridades locales. Los estudiantes cuestionan el proceso de designación que se hace desde Pekín.
El comportamiento de los estudiantes ha sido resaltado por los medios occidentales: amables jóvenes que, a pesar de que interrumpen las vías y el funcionamiento de servicios públicos como el transporte, se preocupan de limpiar los lugares que ocupan y hasta reciclan la basura; colocan letreros de disculpas junto a sus exigencias; no pisan el césped de los parques. No obstante, se han armado de paraguas como objeto, real y simbólico, que les permita enfrentar a los cuerpos policiales que han reprimido la protesta.
De acuerdo a las declaraciones del gobierno chino, estos manifestantes son manipulados por fuerzas e intereses occidentales, por el influjo que aún ejercen sobre este territorio, debido a que Hong Kong fue un enclave colonial británico. Lo que está claro es que, luego de lo ocurrido en la plaza de Tiananmen en 1989, el gobierno chino ha debido actuar con cierta cautela, y se ha visto involucrado en un dilema acerca de la actitud de respuesta frente a estas protestas.
Los estudiantes chinos han enarbolado, durante la ocupación de los espacios públicos, la foto de Den Xiaoping, el gran transformador de China y el mentor del ‘socialismo con características chinas’, quien también en su momento fue víctima de las secuelas de la terrible Revolución Cultural de Mao, y de varias purgas políticas por la acción del Estado, que lo acusó de traidor. Den Xiaoping fue el creador de la teoría de ‘un país dos sistemas’, es decir el capitalismo en zonas como Hong Kong, Taiwan, Macao; y el comunismo como régimen político en el continente.
Esto permitió la incorporación de la isla al continente chino terminando la fase de colonización del imperio británico. Lo contradictorio del tema es que el propio Den Xiaoping fue el represor de las manifestaciones estudiantiles en la plaza de Tiananmen. Las revueltas, incluidas las estudiantiles, no son movimientos diáfanos, ni totalmente organizados y que controlan toda la dinámica social durante su despliegue, pero ineludiblemente expresan malestares sociales acumulados en la sociedad.