Joyas Literarias: “Los ángeles que llevamos dentro: el declive de la violencia y sus implicaciones” (2012)
10 de mayo de 2023Los medios de comunicación masivos, sean prensa, televisión o internet comparten constantemente noticias que refuerzan nuestra percepción de que el mundo es cada vez más peligroso y que los niveles de violencia están en niveles sin precedentes ¿Es esta apreciación correcta?, ¿es la vida ahora más violenta que ‘antes’?
Deseo iniciar esta nueva serie sobre revisión literaria valiosa y aplicable a nuestras vidas, con el ejemplo perfecto que terminé hace pronto “Los ángeles que llevamos dentro: el declive de la violencia y sus implicaciones” de Steven Pinker. Así, con la entrada en este año de Guayaquil al top 25 de las ciudades más violentas del mundo, a pesar de ello, ¿está la violencia en declive?
Enfocándose al análisis todavía más hacia el Ecuador, no voy a negar que buena parte de nuestro fenómeno en materia de seguridad podría interpretarse desde las implicaciones de que pasásemos en años recientes de ser un país de tránsito para el tráfico de drogas a uno de producción en el que los grupos narcodelictivosse nutren de faltas de control en el espacio aéreo y sobre todo marítimos para hacer de las suyas; algo que llegó a incidir en las vidas de ciudadanos que simplemente están en el lugar y momento equivocado y pasan a ser una estadística más. Pero, de vuelta al libro, mediante una exploración histórica de este, en la que destacan datos como que el 15% de restos de humanos prehistóricos muestran haber fenecido por muertes violentas o, que en el siglo XIII los mongoles masacrar brutalmente 40 millones de personas en sus conquistas, podemos sacar la conclusión de que la vida antes era mucho más violenta.
En esta obra, por medio de 1104 páginas dignas de leerse a cabalidad y recomendadas por el mismísimo Bill Gates, el psicólogo y científico canadiense Steven Pinker nos brinda una mirada esperanzadora sobre la especie humana (en sus palabras mirada de “gratitud”) en la que a través de estadísticas y una exploración del desarrollo histórico de la humanidad y nuestros comportamientos sustenta el porqué en la actualidad la violencia está en declive.
El libro se tornó en ocasiones demasiado oscuro y explícito, dígase al explorar métodos de tortura que fueron habituales en la edad media o, al compartir que un pasatiempo común de París del SXVI era quemar gatos vivos y, de igual manera, al revisar lo repetidas que fueron las prácticas de infanticidio femenino a lo largo de la historia humana. Pero “quien no conoce su historia está condenado a repetirla” y por más gráficas que fueron estas secciones, resultaron importantes para comprender que esto cuasi generalmente ya no ocurre en el mundo.
La tesis central de Pinker yace en que la sociedad moderna presenta cada vez menos guerras, homicidios, torturas, genocidios y hechos violentos en general. El autor sustenta el continuo proceso pacificador a las sociedades que pasaron de ser nómadas cazadoras a agrícolas con ciudades y gobiernos; después al surgimiento de Estados centralizados post Edad Media; continúa con el movimiento europeo de la ilustración que entre muchos cambios abolió esclavitud y tortura judicial; luego se explora la paz después de la Segunda Guerra Mundial y final de la Guerra Fría, cuando los estados dejaron de declararse guerra entre sí y se redujeron gobiernos autocráticos y ataques de terror; para finalizar con los avances constituidos en instrumentos en materia de derechos humanos, de minorías y grupos de atención prioritaria.
Pinker atribuye a la reducción generalizada de violencia a cuatro “ángeles” de nuestra naturaleza humana, estos son:
1) Razón; permite superar la superstición e ignorancia y resolver conflictos por medio del diálogo y la negociación.
2) Empatía; produce más compasión que resulta en más respeto y cooperación, reflejados en la alineación de intereses.
3) Autocontrol; posibilita regular los impulsos y emociones que generan violencia impulsiva y se pueda actuar con responsabilidad y disciplina.
4) Sentido moral; relacionado a mayor comprensión y auge de derechos humanos y justicia en aras del bienestar común.
En contraposición, el autor también nos presenta cinco “demonios” que promueven violencia, a su vez catalizados por la frustración, ira y envidia, estos son:
1) Violencia predatoria; violencia aplicada como medio para alcanzar un fin.
2) Dominancia; la urgencia que presentan ciertos individuos para alcanzar autoridad, prestigio, gloria o poder.
3) Venganza; entendida como la búsqueda de represalias y que lleva a conflictos interpersonales.
4) Sadismo; búsqueda de generar dolor con el único objetivo de disfrutar el sufrimiento ajeno.
5) Ideología; a nivel de creencias extremistas y fanatismos, usada para justificar moralmente la violencia.
Para concluir, al año 2011 (cuando se publicó la primera edición del libro en inglés) Pinker aseguraba que vivíamos la vida más segura y pacífica que en cualquier otro momento de la historia. En el 2010, el número de homicidios en Ecuador fue de 2.624 en comparación a 1.372 del 2020, así, al menos Ecuador está en antítesis con el libro y más todavía en la actualidad, cuando se cerró el 2022 con la cifra récord de 4.603 y se instauró este como el año más violento en la historia.
Con el aumento de muertes violentas en ciudades como Guayaquil o, a nivel más macro, con el aún en curso conflicto bélico de Rusia contra Ucrania y sus implicaciones en todo el mundo, ¿acaso alguno de los cinco demonios de Pinker que promueven la violencia tomó fuerza y nos encontramos ante un nuevo capítulo de la historia humana? O, ¿camina uno de los demonios junto con el desarrollo de la sociedad ecuatoriana?
Parafraseando la frase que ‘no es de Stalin’: una muerte es una tragedia, miles de muertes son una estadística; esta oración evoca nuestra reflexión y puede usarse como puerta para la introspección con respecto a nuestros pensamientos sobre la violencia. Y si esta frase resultó de su interés, sin duda les invito a revisar esta Joya Literaria de Pinker (cargada de muchas más) para meditar con su filosofía social aplicable a la actualidad y así contar con otra herramienta para el análisis de qué está pasando en Ecuador y en el mundo.