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El Telégrafo
Luis Rosero

Engaño transnacional

28 de septiembre de 2015

Todos recordamos el fraude de Enron, cuya actividad era en energía, que maquilló sus balances, falseando su contabilidad siendo auditora la empresa Arthur Andersen. Después, algunos bancos internacionales manipularon tasas de interés, otros vendieron hipotecas fraudulentas a instituciones semipúblicas y varios se juntaron para impedir que operadores bursátiles ingresen a mercado de derivados crediticios. Todas estas malas prácticas financieras aumentaron las ganancias de esos bancos. Un tribunal español rechazó indemnizaciones a víctimas de talidomida. Ahora resulta que también, en el mercado de vehículos, hay prácticas que afectan a clientes y medio ambiente.

La empresa Volkswagen, según la prensa, manipuló la información de sus vehículos sobre la emisión de contaminantes de cinco modelos de sus vehículos a diésel engañando a autoridades norteamericanas y clientes en varios países. Se utilizó un software que presentaba menores niveles de contaminación que la real. Los estudios y controles de la Universidad de Virginia y una ONG descubrieron este engaño por casualidad. El año pasado la compañía tuvo el más alto nivel de ganancias en su historia. Pero no se trata de un error técnico o electrónico, es doble engaño tanto a los clientes como a los ciudadanos en general, pues se estaba falseando el verdadero impacto ambiental de los contaminantes emitidos por dichos vehículos. Sus propietarios van a ser afectados pues el precio de los mismos va a caer y tendrán que instalar convertidores catalíticos a fin de cumplir con los niveles de contaminación permitidos.

Esta empresa alemana trucó 11 millones de vehículos. En 2014 solo tenía una participación de 2.2% en el mercado de EE.UU. El engaño, fuera de la caída del precio de sus acciones en la bolsa y la multa, daña su prestigio y confianza y, en consecuencia, hay un grave efecto en el riesgo reputacional.

Hace 4 años compré un vehículo de esta marca a un precio de $ 16.500 y ahora el mismo vale 25.000, justificado por el distribuidor por la calidad y tecnología. Incluso, la compañía ha desarrollado en vehículos eléctricos mecanismos para que se estacionen solos, carguen la batería eléctrica o un robot lo haga. Pero qué pasa con la cultura organizacional, principios y los valores de una compañía, con el engaño. No es aceptable que por ganar más y mantener la participación en el mercado una empresa, cualquiera que sea, emplee prácticas reñidas con la ética. Debe haber indemnización a los clientes y colocar equipo que cumpla las regulaciones ambientales. Es un tema ético, de responsabilidad ambiental, de derechos y servicios al consumidor, por lo que atañe a todos. En globalización esto es posible, pero los negocios deben tener moral, ética, y la posibilidad de reclamar, exigir cambio del producto si es defectuoso o hay engaño y las autoridades hacer cumplir los derechos ciudadanos. Con emisiones de gases invernaderos superiores a la norma se está incidiendo en el calentamiento global, por ello en el país debe darse un control de emisiones más estricto. (O)

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