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El Telégrafo
Tatiana Hidrovo Quiñónez

El paro: Símbolos e identidad nacional

30 de junio de 2022

Los Estados nacionales latinoamericanos son entidades jóvenes creadas en el siglo XIX. Su concreción se relaciona con un imaginario de unidad, una base social, instituciones y territorio. La mayoría de estos elementos fueron experimentados de una u otra forma por estados antiguos, pero la creación de una identidad nacional, es decir, un lugar cultural común imaginado y sentido por el “pueblo” es uno de los procesos más difíciles a los que se han visto abocados estos proyectos políticos. En el caso de Ecuador, siempre ha rondado la pregunta sobre la existencia y grado de madurez de la nación ecuatoriana. Siendo una noción singular, ha tenido que convivir, además, con los conceptos y principios de la “plurinacionalidad”, es decir, con el reconocimiento de que varias nacionalidades originarias estuvieron aquí desde tiempos remotos.

Los pueblos y nacionalidades auto reconocidos como indígenas están organizados en la Confederación de Nacionalidades Indígenas, CONAIE, desde los años 80 del siglo pasado. En un continuo, se ha caracterizado por expresar sus aspiraciones por medio de marchas. Como es conocido, el último movimiento llamado Paro Nacional, se inició el 13 de junio con la llegada de comunidades indígenas de la Amazonia y la Sierra ecuatoriana, a Quito. En su forma cultural, el paro tuvo características étnicas: en las marchas compactas sobresalía el color rojo de los ponchos y las lanzas. También hubo ritmo: los marchantes chiflaban de una manera específica para acompañar sus movimientos, especie de takie andino. Pero, entre el juego de expresiones culturales, resaltó el uso persistente y predominante de la Bandera Nacional.

En otro lado de Quito se congregaron poblaciones diversas, que apelaban al diálogo para que concluya el paro. Ellas también flamearon como símbolo principal, al tricolor nacional. En Guayaquil, donde han sido tradicionales las marchas de ciudadanos vestidos de blanco y celeste, identificados con su provincia histórica, esta vez, también ondearon como primer símbolo a la Bandera del Ecuador.

El paro nos deja muchas lecciones, entre ellas la urgente necesidad de que volvamos nuestra mirada al campo. Entre líneas, otra cosa quedo clara: la ecuatorianidad está viva. Si eso es así, significa que la nación se asienta aún en medio del conflicto: esa es una buena señal, que aparece como faro, entre la oscuridad.

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