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El Telégrafo

El gran reto de Correa

19 de mayo de 2011

Las reformas propuestas por Correa en la consulta son apenas herramientas que él consideró necesarias para comenzar a enderezar las cosas, y estemos o no de acuerdo con su criterio, apoyarlas fue decisión de una mayoría, y como a eso se le llama democracia, de ahora en adelante es sobre su aplicación que tenemos que exigir resultados y ejercer una función fiscalizadora.

Ojalá que, por el bien del país, Correa tenga razón en que van a funcionar, que los riesgos de politización que se corren valgan la pena y que muestre que podemos aspirar a tener un sistema más independiente y honesto. El Presidente va a tener que ser autocrítico y transparente frente a los casos de corrupción que puedan aparecer en el camino, y va a tener que ser implacable públicamente con quienes traten de meter la mano a la justicia o actúen deshonestamente, porque ya no se tratará de culpar a la oposición, sino de su propio entorno y de las personas de su confianza, y en eso la ciudadanía tiene claro de quién es la responsabilidad política.

Como no se trata solo de la reestructuración del Consejo de la Judicatura, de cambiar jueces y fiscales, o de reformas legales,  la pregunta es, ¿de dónde va a salir la plata para hacer todo esto? Hablo de modernización, capacitación y control, entre otras cosas. Además, si el Fiscal ha dicho que hay menos de un juez por cada 100.000 ecuatorianos,  se necesitan más jueces porque la sobrecarga laboral es causa de ineficiencia, injusticia y corrupción.

Como están las cosas, no sabemos si la falta de jueces y fiscales es falta de recursos o falta de voluntad. Hay que definir si en la práctica la rama judicial ha sido y es una dependencia más del Gobierno o es un poder del Estado, y como tal, autónomo e independiente. Si es lo primero, el presupuesto se lo controla el Gobierno como si fuera el padre, y si es lo segundo, debe tener un presupuesto autónomo, sujeto a los mismos controles del poder Ejecutivo o del Legislativo, permitiendo que opere un sistema de pesos y contrapesos. Si el problema es que al régimen le causa miedo que el presupuesto se despilfarre,  la tarea es hacer efectivos y transparentes los órganos de control. No es bueno que la justicia ande haciendo lobby ante el Ejecutivo porque la falta de autonomía económica hace perder la independencia.

En ello debe gastar el Presidente toda la fuerza y tenacidad que le caracterizan, porque su compromiso es muy grande y, por tratarse de un tema tan sensible,  el pueblo ecuatoriano va a ser exigente en materia de resultados.

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