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El Telégrafo

El dedo que sube

27 de abril de 2011

Oda al dedo. Sí  a un dedo propositivo, proactivo, positivo... La libertad de cada persona está en decir lo que piensa, lo que siente con sus manos abiertas o con un solo dedo, pero decirlo con respeto. ¿A quién le gusta que  le saquen el dedo medio en señal de protesta? La respuesta lógica: a nadie. Pero quedan dudas cuando leemos a personajes que se dicen libres y promueven el irrespeto, la mala educación y la irreverencia con un dedo silente pero lleno de odio. ¿Quienes siembran esa cultura del irrespeto deberían recibir como respuesta ese mismo dedo?Se está difundiendo la cultura de un dedo que destruye y entierra. Respeto nos merecemos todos, en las calles, en las plazas, en  las escuelas, en el hogar, en las instituciones públicas, en las redes sociales, en todos los rincones de la patria. El presidente Rafael Correa  merece respeto como persona y como representante del Ecuador, electo dos veces democráticamente. Debemos ser responsables con nuestros actos y palabras, más aún cuando nuestro derecho termina donde empieza el del otro. Hay análisis que solo demuestran que hay una evidente alacena vacía de ideas y atestada  de improperios y adjetivos. Esas actitudes lo único que merecen es el dedo pulgar, obvio,  hacia abajo.Habría que preguntarle al hijo del político-periodista si, en señal de libertad o inconformidad, le ha mostrado el dedo que tanto promueve también  a su padre.  Aunque piensan y actúan igual, en algún momento seguro discrepó casa adentro, claro, guardando las apariencias. Como dice en su blog, el dedo es una respuesta  válida. Perdónenme, solo para él, quien cree que el respeto es una utopía que nunca podrá aplicarse porque le queda demasiado grande. ¿Esa es la calidad de ecuatorianos que queremos formar? ¿Cómo reaccionaría usted si alguien frente a usted le hace esa seña a su esposa, a su madre o a su  hija? No, es una actitud deplorable. Necesitamos un Ecuador en donde nuestro dedo pulgar vaya hacia arriba. Las divergencias y los debates de altura siempre serán bienvenidos, pero un dedo ofensivo que daña y no aporta no cabe.Carlos Andrés Vera y María Rosa Pólit, en sus cuentas de Twitter,  se  aplauden y celebran las palabras de respaldo al dedo. ¿Qué proponen? ¿Tomar clases de uso del “digitum medium” en el blog que promocionó Pólit en su artículo publicado en esta misma columna?Tengo una mejor propuesta. Alzar el dedo sin miedo. Pulgares arriba al respaldo y aprobación del cambio que ya experimenta el Ecuador.

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