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El Telégrafo
Federico Saravia

Ciudad educadora

22 de abril de 2018

Como todos los años, la “cuestión educativa” es protagonista de la agenda pública y mediática durante los meses de marzo y abril. Antes del comienzo del ciclo lectivo, se reinicia el debate sobre la educación en Argentina, en especial, centrado en la actualización de los salarios docentes. Este nuevo comienzo brinda la oportunidad de enriquecer la reflexión y así pensar la educación en forma estratégica, sistémica y a largo plazo, para encarar las transformaciones necesarias y así terminar con las desigualdades existentes.

En el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), dichas desigualdades son profundas y preocupantes: los últimos resultados de las pruebas PIRLS refirieron al “efecto cuna” porteño, puesto que en este distrito el origen socioeconómico de los alumnos está entre esos factores que más inciden en el desarrollo de la comprensión lectora. Esto equivale a decir que, en la Ciudad de Buenos Aires, existe inequidad educativa.

Sin embargo, una megaciudad como Buenos Aires se encuentra frente a la oportunidad de revertir esta situación. Tiene un poder transformador que debe aprovechar adoptando el concepto de “Ciudad Educadora”, para así fomentar el respeto por la diversidad y la igualdad a través de la educación, facilitar la afirmación de la propia identidad cultural y promover hábitos socialmente responsables.

Es deseable que Buenos Aires sea más que un “polo educativo”, para convertirse en una “Ciudad Educadora”, que iguale oportunidades para una vida en democracia y participación.

Una forma de capitalizar el valor educativo y cultural que ofrece la CABA es modelando una Marca Ciudad, que considere este aspecto como parte fundamental de la idiosincrasia porteña. Ella permitiría un diseño de las políticas públicas orientado a facilitar el acceso universal e igualitario a la educación, desde una transversalidad que abarque cuestiones como el transporte, las necesidades de las personas grandes, el medioambiente, el espacio público, el deporte, la cultura y la inclusión social.

Solo concibiendo a la ciudad como agente educativo será posible tener la equidad educativa. (O) 

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