La gobernabilidad universitaria
La autonomía universitaria es una de las riquezas más significativas de la educación superior en el mundo. Es la esencia de la personalidad de las instituciones universitarias y la libertad de la actuación ética hacia los principios que cada organización busca en el contexto de diferenciar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Las milenarias universidades en el mundo se caracterizan por haber tenido no un sinnúmero de autoridades a nivel de presidentes.
La centenaria Harvard, en sus más de 350 años de existencia ha tenido únicamente 29 presidentes, en casos con períodos de hasta 40 años de gestión. No es el cambio de líder el que lleva a los éxitos de una institución, sino la continuidad como premio a una gestión, y es así como las grandes universidades del mundo se han consolidado.
Dentro de las prácticas de gobernanza de muchas de las mejores universidades en el mundo, la responsabilidad de la elección de las máximas autoridades recae en un Board of Trustees, o Consejo Directivo. El mismo es nombrado por miembros de la comunidad que incluyen los exalumnos, la facultad de docentes, autoridades de gobierno y otros sujetos de influencia que hace de la junta una muy representativa.
El poder es generalmente delegado a los presidentes y los otros miembros participan únicamente en las decisiones de políticas importantes. Los presidentes nombran equipos de apoyo principalmente compuestos por docentes, los creadores de nuevos conocimientos, quienes juegan un rol muy importante en la gobernanza de las instituciones académicas. Se hace muy activa también la participación del estudiantado a través de sus representantes.
Es este proceso el que facilita la gobernanza de las universidades tanto públicas como privadas.
La facultad de la reformada LOES y la posibilidad de la creación de los Consejos de Regentes en las universidades locales, puede ser el inicio de un ciclo en donde la autonomía responsable rija la administración de la academia. (O)