El matrimonio: institución política cambiante
Hay evidencias históricas de matrimonios entre hermanos, grupales y por rapto. En los últimos se origina la monogamia –femenina- para controlar la descendencia y asegurar la propiedad.
Para la crítica feminista el matrimonio moderno es una institución patriarcal asentada sobre la división sexual del trabajo, la apropiación de la capacidad reproductiva, sexual, de autonomía y de trabajos domésticos de las mujeres; la atadura entre sexualidad y reproducción; la idea de complementariedad de los sexos, entendida como natural e inalterable y la heterosexualidad obligatoria.
El modelo tradicional de la familia ha ocultado prácticas de violencia y subordinación contra las mujeres y la niñez.
Con nociones contemporáneas sobre los derechos humanos el matrimonio ha experimentado otras variantes: consentimiento para celebrarlo, igualdad entre los cónyuges, posibilidad de divorcio.
Para Beatriz Gimeno, política y activista española de los derechos de la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales, transgénero, transexuales, travestis e intersex (GLBTI), el matrimonio ha sido una herramienta privilegiada del heterosexismo y ampliarlo a parejas homosexuales transforma ese orden.
El movimiento de disidencia sexual lucha por facilitar la vida de las personas LGBTI sin olvidar que el objetivo final es abolir el heterosexismo y patriarcado.
Hoy interesa el tratamiento constitucional y civil de la institución matrimonial desde una perspectiva de derechos. Grupos conservadores se posicionan en contra.
En un estado laico sus postulados no deben influir en la función tutelar de la justicia constitucional.
El principio de igualdad reconocido en la Constitución nacional y la definición del matrimonio como derecho de hombres y mujeres, según la Convención Americana de Derechos Humanos, no restringen derechos, más bien prohíben discriminar por orientación sexual y reconocen las familias y sus diversos tipos.
La homosexualidad no es pecado ni delito. Principios universales del derecho señalan la obligación de no hacer daño a nadie, vivir honestamente y dar a cada uno lo que le corresponde.
Corresponde aprobar el matrimonio igualitario, lo que no nos exime de seguir siendo críticas con instituciones que nos han oprimido, para cambiarlas. (O)