“No toleran la corrupción”
Todos los integrantes en una sociedad son importantes; en democracia una persona representa un voto y ese es un voto valioso para toda la sociedad. Ningún voto es menos importante que otro; lamentablemente vivimos en una sociedad donde no se le da valor a la experticia de nuestros adultos mayores. Muchas veces, por un tema logístico, las personas de la tercera edad no pueden movilizarse a su recinto electoral.
No es casual que en el último Índice de Cultura Política de las Democracias en Ecuador y en las Américas, que publicó Lapop (Barómetro de las Américas), justamente son los adultos y adultos mayores los que menos tolerancia tienen con la corrupción y esto nos dice mucho como sociedad.
Los adultos mayores lamentablemente no tienen en nuestra sociedad la relevancia y el peso que deberían tener; en otros tipos de sociedades como la suiza, por ejemplo, los jubilados tienen un rol importante; las empresas, las organizaciones siempre están invitando a expertos jubilados porque es precisamente su experiencia lo que matiza con las nuevas generaciones.
Es el camino recorrido, el valor que tiene que matizarse con todos los temas de innovación. En un mundo globalizado, sin embargo, se tiene que balancear la experiencia de los adultos mayores y en democracia no puede ser de otra manera.
Por temas políticos muchas veces no resulta rentable juntarse con grupos de la población tradicionalmente excluidos, no hay un interés mayor en el universo colegiado. Por un mínimo de equidad y respeto con nuestra sociedad es importante que en una democracia se consideren todas las voces así no representen un mayor porcentaje; pero tienen voz y derecho a ser escuchados y que se garanticen las condiciones para que también tengan una participación segura.
En el último reporte de “Tomándole el pulso a la democracia” de Lapop, a nivel de percepción, se habla que uno de los principales hallazgos es que en el Ecuador los más jóvenes tienden a justificar más el pago de sobornos o coimas que los ciudadanos mayores. De manera más generalizada, los jóvenes son mucho más tolerantes con la corrupción.
Si unimos las dos variables, de que hay mucha más tolerancia a la corrupción que el público mayor y si los jóvenes están inmersos en la era digital, ligados a la tecnología, a las fake news, a toda esa manipulación mediática, resulta un problema mayor, pues la credibilidad de las personas ya no está marcada por la capacidad de influencia sino por lo que diga una red social. Esto invita a quienes estén inmersos en política a ser más responsables con el uso de las redes. (O)
Ana Marcela Paredes
Docente del IAEN