La señora Elvia es una persona muy importante en la vida de Sebastián Yepes. Ella sin proponérselo condujo a su nieto a la música, claro que sin decírselo. Cuenta el cantautor colombiano que cuando tenía tres meses de nacido su padre lo abandonó. Sebastián, quien ya tiene 30 años de edad, se mudó entonces con su mamá a casa de su abuela, en la que debía compartir con cuatro de sus once tíos, todos con una personalidad muy marcada y muy dedicados a la lectura.

Cuando Sebastián empezó a crecer, no sabía cómo huir de su abuela porque gran parte de su tiempo lo dedicaba para rezar el rosario. Lo hacía tan seguido y en voz alta que el ex líder del grupo Sanalejo se refugiaba en la biblioteca familiar. Ahí, entre un sinfín de textos, algunos polvorientos, el artista oriundo de Manizales se topó con  vinilos y compactos de Phill Collins y Pink Floyd, dos de sus influencias musicales.

Sacaba los discos de sus cartones y los escuchaba con los ojos cerrados. Dice que así fantaseaba con ser uno de ellos. Soñaba despierto con estar en un escenario con la misma aceptación de Collins y Pink Floyd.

Parecía que todo estaba listo para él, que había un propósito por descubrir en su vida, hasta que se encontró con la guitarra de palo que sus tíos solían escudriñar durante sus ratos de tertulia.

Nadie le enseñó a entonarla. Poco a poco su curiosidad lo condujo a sacar de oído las notas de las canciones que incansablemente escuchaba en el tocadiscos. Y claro, con la práctica ya tenía la base para lucirse en el colegio, pero no como guitarrista sino como bajista.

Según el músico, que nació el 10 de junio de 1981, nadie quería tocar el bajo porque querían lucirse con la guitarra o cantando.

"Yo descubrí que el bajo tiene esa complicidad con la batería. Se complementan también. En mi época de colegio, mis amigos no percibían eso. Me empezaron a gustar los ritmos como el funk. La onda alternativa de los noventa ya empezaba a tomar fuerza con bandas como Red Hot Chili Peppers. De hecho, Flea, su bajista, es uno de mis músicos preferidos", dice Yepes.

Pero no todo es rock para el colombiano. Su vena lírica se desarrolló a través de compositores como el español Alejandro Sanz en cuanto a lo romántico y Robi Draco Rosa, quien pese a su perfil oscuro goza de éxitos pop como los que le escribe a Ricky Martin y otros.

La suma de todos ellos es la esencia del Sebastián Yepes solista, el que ya va por su segundo disco, que aún no tiene título y del que se desprende su sencillo Aprenderé. El anterior fue De lo oscuro a lo puro, que tuvo como productor a Fernando Tobón "Toby", ex guitarrista de Ekhymosis, la banda en la que musicalmente nació Juanes.

"Aprenderé es una canción que surgió tras superar una sequía de inspiración. Llevaba como tres meses sin componer algo que realmente me dejara satisfecho. Empezaba algo y lo dejaba a la mitad. A veces terminaba una canción, pero como no me convencía, la archivaba. Lo curioso es que aprender nació en solo 15 minutos.

Para ser honesto, es una fusión de dos canciones. Hay estribillos que pertenecen a una de las canciones que deseché. Líricamente tiene que ver con el amor y con el hecho de aprender en distintas circunstancias. Yo escribo de ese tipo de cosas, hay otros que pueden hacer algo relacionado con lo político o no sé qué, pero yo soy apolítico", refiere Yepes, quien formó parte de Sanalejo sin proponérselo.

"Cuando estudiaba música hubo un desfile benéfico en Manizales, en el que necesitaban una banda temporal. Ahí nos unimos algunos estudiantes, aunque no sabíamos que íbamos a tener tanta química como para continuar de una manera seria.

Así surgió Sanalejo, que inicialmente se llamaba El Reblujo y se distinguía por su estilo que combinaba rock, pop y funk.

Había instrumentos como la trompeta y dos saxos, uno alto barítono y otro tenor", relata Yepes, quien confiesa que de su formación académica como músico duró solo seis meses. "Yo básicamente soy autodidacta".
Aprenderé tuvo la colaboración del productor venezolano Andrés Levín, quien ya lleva 30 años viviendo en Nueva York. El se encargará del resto del disco que posiblemente tendrá 10 canciones, entre ellas una instrumental para Elvia, la abuela de Sebastián Yepes, la que sin querer inició esta historia.