La cantautora ecuatoriana Ximena Ibarra empezó desde los 5 años, apegada siempre a la música nacional gracias a la influencia de sus padres. El sencillo ‘Todo aquello que escribí’ -promocional de su octavo disco- contiene composiciones propias; es más, la particularidad de este sencillo es que es el único cover dentro del álbum que tiene el mismo nombre.

Esta canción fue grabada gracias a la sugerencia personal del Presidente de la República, quien se la hizo saber personalmente.

Para Ximena, la música es lo más importante de su vida, de la mano con su rol de madre. Además estudió para ‘vocal coach’ (entrenadora de voces) en Estados Unidos, lo que le permitió enseñar en su propia escuela de canto, donde recibe a decenas de personas y los prepara musicalmente.

“Es un reto muy bonito, puesto que existe mucho talento en el país. Pero es cuestión de educar esos talentos”, afirma la cantautora, quien regresa a los escenarios tras 14 años de ausencia debido a sus estudios y a su trabajo a tiempo completo como madre.

Asimismo cuenta que para poder vivir de la música es necesario tener disciplina, responsabilidad y respeto, para ella es indispensable el don y la pasión por lo que se hace. “Es típico que los padres le nieguen a uno la posibilidad de dedicarse de lleno a la música por el prejuicio de la bohemia, pero yo demostré que no siempre es así”, reitera.

En su calidad como maestra relata que en el país existe mucho talento, pero que sin embargo la producción musical aquí es un tanto retrógrada, es decir que no existen vitrinas reales para catapultar a un artista. Esto, según su visión, debido a la aparición de los realities que a la postre solo forjan famas efímeras, aunque con buenos réditos.

Una de las propuestas de la artista es que se produzca desde los medios públicos, un reality que realmente promueva y forje talentos. “Creo que el Estado es el único ente que nos puede apoyar de verdad sin intereses económicos”, explica.

Finalmente, Ximena busca refrescar la música nacional al fusionarla con pop latino, respetando sus lineamientos musicales.

“Es hora de dejar de hacer covers, que son bonitos, pero tenemos la capacidad de realizar algo nuevo que llame la atención del público joven. A la música nacional le falta repertorio”, concluye.