La Bayadere, una de las obras del repertorio clásico del ballet mundial fue puesta en escena por las estudiantes de la Unidad de Danza Esperanza Cruz, de la Casa de la Cultura del Guayas, en el cierre de temporada.

La cita fue en las instalaciones del Teatro Centro Cívico Eloy Alfaro de Guayaquil con lleno total, aunque con reiteradas fallas en el audio y escasos recursos escenográficos.

Sin embargo, el cuerpo de baile de esta escuela siguió fielmente los requerimientos que obras como estas exigen para una correcta interpretación. Mérito que recae en la directora y maestra Yelena Marich.

Las estudiantes subieron al escenario para recrear los tres actos de la propuesta  que causó fascinación a los románticos del siglo XIV y toda la magia y ritual oriental en el momento que la bailarina principal muere en la obra y después regresa del mundo de las sombras.

El libreto de La Bayadera, creado por Sergei Kuschelok y Marius Petipa, se inspiró en dos dramas del poeta hindú Kalidasa. La Bayadera fue creada durante el siglo XIX, cuando los románticos estaban impactados por la imagen de las bayaderas, doncellas que eran formadas desde la infancia, dentro de una rigurosa disciplina artística, como bailarinas profesionales.

Estas mujeres eran formadas principalmente para las presentaciones de las danzas religiosas y sagradas, ya que eran vistas como personas que generaban sentimientos de luz solar, perfume y belleza.

La palabra “bayadera” hace referencia a las mujeres consagradas a la danza por la religión, las “devadasi” en la India, donde llegaron los navegantes portugueses (XV-XVI) y las llamaron “bailadeiras”, de donde ha derivado a “bayaderas”.

Como solista principal estuvo Gilberto Au de la Rosa, quien interpretó a Solor. En el papel de Nikiya estuvo Karen Mieles, mientras que Isis Granda caracterizó a la esclava adivina y Johnny Vera a Rajá.

La Bayadera, creado por Sergei Kuschelok y Marius Petipa, se inspiró en dos dramas del poeta hindú Kalidasa y se desarrolla en un lugar del Oriente. Este presenta la vida de Nikiya, bayadera de la India enamorada de un príncipe (Solor) que debe casarse con la hija del rajá gobernante.

Pero el gran sacerdote de la religión brahmánica también la desea. La malvada hija del rajá (Gamzatti) no dudará en hacer morir a Nikya mordida por una serpiente venenosa. Luego, esta se le aparece a Solor desde el templo de las sombras. Al al final Gamzatti logra casarse con el príncipe, quien se reencuentra en alma con su eterno amor aunque sea en un sueño.