McCartney seduce a México a ritmo de mariachis y con acento español
No era una noche para contentar, sino para enamorar; Paul McCartney no se conformó con entregar su voz a las 100.000 personas que acudieron al Zócalo de la Ciudad de México sino que quiso darles algo más, el cariño de palabras en español y un momento inolvidable, "Obladi-Oblada", acompañada de mariachis.
"Buenas noches México, hola DF. Estamos muy contentos de estar aquí en el día de las madres", dijo el ex beatle para saludar al público, antes de interpretar su "All my loving", dedicado a todas las madres que este jueves festejaban su día en México.
Vestido con una americana roja sobre una camisa rosa y tirantes negros, el británico había entrado al escenario interpretando "Hello Goodbye"; arrancó con los Beatles y, como era de esperar, cuando sonaron los temas más populares del cuarteto fueron los momentos en los que el público estuvo más enfervorizado.
McCartney se acordó de las madres y también de dos mujeres de su vida: de la primera, Linda Eastman, a quien dedicó "Maybe Im amazed", y de la última, Nancy Shevell, para quien cantó uno de sus últimos temas compuestos, "My Valentine".
Durante todo el concierto, el considerado compositor de mayor éxito comercial en la historia de la música pop no paró de esforzarse en hablar español, un idioma que, contó, aprendió de niño en el colegio.
"Es muy emocionante estar juntos aquí en este concierto gratuito en el Zócalo", dijo McCartney que ofreció un espectáculo de más de dos horas y media de duración, quizás para compensar la larga espera de muchos de los asistentes.
Centenares de personas habían pasado la noche anterior a la intemperie, esperando a que abrieran las vallas que resguardaban este representativo recinto de la capital mexicana, con el objetivo de colocarse cerca del escenario.
Varias horas antes del evento, la magna plaza ya estaba repleta de personas ansiosas por que comenzara el "show" de "Sir Paul", nombre que corearon en numerosas ocasiones, mientras, alentados por el británico, marcaban el ritmo con luces y mecheros.
Sus ex compañeros fallecidos, John Lennon y George Harrison, tuvieron su peculiar homenaje a modo de palabras y de canciones como "Something", escrita por este último a finales de los años setenta.
Pese a que las canciones de los Beatles fueron las más aplaudidas, hubo tiempo para otras etapas de Paul como la posterior al quinteto, la del grupo "Wings"; al ritmo de "Live and let die" iluminó la catedral capitalina, frente a la cual estaba instalado el escenario, gracias a los fuegos artificiales.
McCartney mostró que a sus 69 años posee una vitalidad envidiable, pues bailó gran parte del concierto, y mostró un humor que esta noche no fue británico, sino mexicanizado: "Esta rola (canción) es especialmente para las mamacitas (madres guapas)", dijo el artista.
Este fue el tercer concierto que el exbeatle ofrecía en México dentro de su gira "On The Run" que comenzó en julio de 2011 en Nueva York y que ha pasado por varios países europeos, latinoamericanos e incluso a Emiratos Árabes Unidos.
Además de en el Zócalo, McCartney actuó en el municipio de Zapopan, Jalisco (en el oeste del país) y en el Estado Azteca de la capital mexicana, aunque este era su concierto más esperado por su gratuidad.
Con la actuación de hoy McCartney se suma a la lista de artistas que, como la colombiana Shakira o los mexicanos Café Tacvba, han actuado en el Zócalo capitalino, un lugar que esta noche estuvo sitiado por más de 4.000 policías.
En esta noche mágica, McCartney se atrevió incluso a chillar al público el mítico grito de guerra de "Viva México, cabrones", quizás por la euforia de que incluso la lluvia, que amenazaba a modo de tormenta, pasó de largo para dejarlo enamorar tranquilo.