Lucille Ball, la pelirroja reina de la comedia
Lucy y Ethel han fracasado casi en todas las tareas que les han encomendado en una fábrica de chocolates. Aún así su prepotente jefa les ofrece una última oportunidad como empacadoras de los dulces que pasan por una banda a cierta velocidad.
Aparentemente el trabajo es fácil y envuelven los chocolates con mucha tranquilidad, una que dura escasos segundos porque la banda empieza a moverse más rápido.
Y, como era de esperarse, la velocidad de la banda las obliga a los recursos más hilarantes para “cumplir” con la tarea asignada. Va desde llevarse los dulces a la boca -que les infla los cachetes- hasta esconderlos en su gorro para no enojar a la jefa, quien vuelve para echar un vistazo.
La jefa considera que han hecho un trabajo aceptable y pide que la banda vaya más rápido ante la sorpresa de Lucy y Ethel.
Aquella es una de las escenas más célebres de la serie ‘I love Lucy’, que se transmitió entre 1951 y 1957 con la actuación estelar de Lucille Ball, quien el pasado 6 de agosto hubiese cumplido 102 años de edad.
Y no era la única secuencia que pasó a la posteridad. Existe otra en la que su personaje Lucy Ricardo acude a una academia de ballet y no se adapta a sus compañeros, menos a su exigente maestra. La torpeza de Lucy la llevó a quedar colgada de una barra en su afán de zafar su pie atorado. Y no menos cómica era la escena en que baila tango o cuando arruina el show de Ricky Ricardo, interpretado por su primer esposo Desi Arnaz.
El recurso que histriónicamente la convirtió en famosa fue el ‘slapstick’ en la que sus gestos y torpezas físicas causaban comicidad. Su elasticidad facial ayudaba a resaltar sus enormes ojos azules, que combinaban con su distintiva cabellera rojiza. Y era la elasticidad que iba acorde con su personaje de Lucy Ricardo, un ama de casa inocente, pero a la vez con un toque de ambición. Eso último es porque incentivaba a su marido músico a encajar en el mundo del espectáculo, claro que sus intenciones siempre generaban desastres, más si a ella se le ocurría colarse en algún show.
Pero Lucille Desiree Ball Morton, el nombre completo de esta actriz nacida en Jamestown, un barrio de Nueva York, iba más allá de su icónico personaje de los 50. Ella también destacó como productora ejecutiva.
De hecho, ella creó Desilu Productions, una empresa de entretenimiento, junto con Arnaz que no solo estuvo detrás de ‘I love Lucy’. Entre sus otras series constan: ‘Los intocables’, ‘Star Trek’ y ‘Misión imposible’.
Pocos conocen que, precisamente el surgimiento de la productora Desilu fue el origen de ‘I love Lucy’, la serie más rentable y simbólica de la pareja Ball-Arnaz.
La pelirroja Lucille era la Liz Cugat (luego Cooper) de una serie radial para la CBS, que se transmitía en 1948 y se llamaba ‘My favorite husband’. El éxito de la comedia en el dial pasó a la televisión por pedido de la CBS y ahí es donde encajó Desilu Productions porque esa empresa estuvo a cargo del piloto de ‘My favorite husband’.
Eso les permitió viajar a Ball y Arnaz por carretera con una versión en vivo de la serie. Ella era el ama de casa insoportable que siempre quería colarse en los espectáculos de su esposo. Y esa fue la trama que caracterizó a la célebre telecomedia ‘I love Lucy’ el 15 de octubre de 1951, el mismo año en que se fundó Desilu Productions. Terminó el 6 de mayo de 1957 luego de otros 179 episodios.
Otro detalle, quizás poco conocido por los seguidores de la serie, era que el matrimonio de ambos estaba muy friccionado. Llevaban once años de casados, aún sin hijos, pero con mucha tensión posiblemente causada por la agenda de cada uno. Como fuere, ‘I love Lucy’ era un recurso para intentar salvar ese matrimonio que duró nueve años más.
Aunque Ball inició en el teatro (desde 1929 con el seudónimo de Dianne Belmont), cine (era conocida como la reina de las películas ‘clase B’ por un convenio que tenía con RKO Radio Pictures) y radio fue la televisión la que mayores éxitos le dio. Era considerada una actriz con una extensa carrera en la pantalla chica.
Ella creó su propia dinastía de series que siempre llevaban el ‘Lucy’, diminutivo de su nombre, como parte del título. Ahí constan ‘The Lucy-Desi comedy hour’ (1957-1960), ‘The Lucy show’ (1962-1968), ‘Here’s Lucy’ (1968-1974) y ‘Life with Lucy’ (1986), esta última la más floja de sus participaciones, al punto de que solo se transmitieron ocho de los trece episodios que se grabaron.
Todo eso se reflejó en 17 nominaciones al Emmy de los cuales ganó cuatro, más el galardón Cecil B. De Mille a la trayectoria en 1979.
Con ‘I love Lucy’ y Desilu Productions’, Ball fue pionera en usar métodos que todavía están vigentes en la televisión, el más notable era rodar ante una audiencia en directo con varias cámaras de estudio. A eso se suma la visión de construir varios sets de grabación, pero adyacentes.
No se limitaba a solo actuar, pues también impartía sus conocimientos histriónicos con otros a través de un curso de 32 semanas en el instituto Bardin Brandeis. Todo eso mientras se convertía en madre de Lucie Desiree Arnaz (1951) y Desi Arnaz Jr. (1952). De hecho, este último nació prácticamente en un episodio que se llamó ‘Litlle Ricky’.
En cuanto a cine sobresalió en filmes como ‘Room service’ (1938) con los hermanos Marx y una comedia corta (Three little pigskins, 1934) con Los Tres Chiflados.
Tras su divorcio con Desi Arnaz, el 4 de mayo de 1960, Lucille Ball conoció al comediante Gary Morton con quien permaneció casada hasta el día de su muerte el 26 de abril de 1988 por una disección aórtica. Ella había sido operada del corazón una semana y media antes. Incluso en marzo había hecho su última aparición pública durante los premios Oscar de ese año.
Había muerto la reina de la comedia de ‘slapstick’, pero su legado permanece vigente a través de sus series que se emiten en canales retro, DVD o vídeos de YouTube, como aquella de Lucy en clases de ballet o con su cómplice Ethel como hilarantes empacadoras de chocolates.