Conocido por ser el compañero musical de un sinnúmero de artistas nacionales, por ser miembro activo de la banda Willy Wong and the Brothers y uno de los músicos ecuatorianos de mayor trayectoria a nivel local, Lalo Wong no necesita presentación.

Este músico se encuentra ya encaminado en una nueva etapa artística, la de solista, que anunció el año pasado y ha llegado con presentaciones a lugares como Galápagos, Manta, Machala, Salinas y Montañita.

Contento porque asegura que ahora tiene incluso más trabajo del que le demanda la banda, explica que su propuesta es en primera instancia cantar covers de rock clásico.

“Es un paso novedoso, ahora somos mi guitarra y yo. Aplico  un repertorio con los temas famosos de los setenta y ochenta con un formato mucho más íntimo”, describe sobre su nueva etapa artística.

Lalo supo que la música era lo suyo cuando su padre puso en casa el álbum ‘Hollywood bowl live’, de  los Beatles en la casa. “Me enamoré de ese disco, dormía escuchándolo”, recuerda él, quien en ese entonces tenía 9 años.

Esa reliquia llegó a su hogar gracias a que su padre, Carlos Wong Silva, es un famoso coleccionista de elepés y vinilos que tiene a su haber más 300.000 producciones discográficas, que crecen sin parar desde hace cuarenta y pico de años, y que el Municipio de Guayaquil valoró en el 2011 en 4 millones de dólares.

El descubrimiento de la banda británica hizo que, literalmente, Lalo deje tirados los muñecos de Star Wars que lo acompañaban en su edad infantil y los sustituya por sus propios elepés. Fue entonces cuando conoció a Jimmy Hendrix, a The Who, a Van Halen, a Black Sabbath, a Queen, a Led Zeppelin…

Es un melómano empedernido, formado en finales de los 70 e inicios de los 80, que se acercó a los escenarios gracias a su hermano, Willy, cuando este era el baterista de la banda Abraxas. Allí fue el mánager por un tiempo y el guitarrista en otro periodo.

Sin embargo, a él siempre le llamó la atención el bajo. Tenía tanta inquietud hacia este que un día despojó de sus cuerdas una guitarra de palo y solo le dejó cuatro cuerdas, para que se asemeje a su instrumento favorito. Así practicaba, de forma autodidacta, con lo que ahora reconoce modestamente como “un buen oído musical”.

Su padre le dio las herramientas para conocer la música y también para tocarla, pues fue él quien le regaló su primer bajo, a los 14 años. Era un Ibanez, color negro, que en ese entonces estaba valorado en mil quinientos sucres. Su primera aparición en vivo fue un año después, como bajista de la compañía instrumental de César Aragundi en la guitarra, en un dúo al que denominaron Arangundi Wong.

Se fue de largo como bajista. Estuvo en Humo, con Xavier Von Buchwald y Juan Carlos Falquez, con quienes hizo heavy metal; tocó también música protesta con Reynaldo Egas (+) y Miguel Valdivieso, con quienes en 1986 fue parte del grupo de rock latino Taller. “Con esa banda grabé cuatro discos”, rememora.

Estaba apenas graduado del colegio cuando empezó a trabajar como el bajista de Fediscos. Grabó para colegas como Patricio López y Mike Albornoz, sin dejar de lado a Taller hasta finales de los 80, cuando su vida musical da un giro hacia la balada ‘cortavena’, con el grupo En Zerio, donde compartió tarima con

Eduardo Salvador, Tito Haenzel y otros colegas que, sin quererlo, dejaron a Lalo como ‘el pelado de la banda’, por la diferencia de edades que había entre ellos.

“Quise aprender más”, dice entusiasta sobre su entrada a En Zerio, como si esa experiencia en la que logró conocimientos de armonía musical hubiera sido ayer. “Solo para audicionar debí memorizarme 150 canciones, recuerda.

El rock y las baladas no fueron todo el eje de este músico, también experimentó con el género tropical en La Tromba y en Los Abuelos; y con pop, cuando acompañó a Ricardo Mandini y a Pamela Cortés, y fue músico de las presentaciones de los emblemáticos Leo Dan y Laureano Brizuela, el ‘Ángel del Rock’.

“Siempre fui el bajista”, dice convencido, y hasta un poco hastiado, aunque sea contradictorio debido a su pasión por ese instrumento en sus inicios. Quizás esa descripción de su historia, corta pero densa, fue la que lo empujo a exigir la guitarra años más tarde, a inicios del 2000, cuando se une a Willy Wong and the Brothers. “Quería ser el ‘frontman’, estar adelante del escenario. Fue todo un reto”, dice entre sonrisas.

Allí, Lalo no solo se acerca a la parte delantera del escenario en la guitarra, sino también en el micrófono, pues le dieron la voz principal junto con su hermano, que aún está a cargo de la batería. “Me fue muy bien con esta banda”, comenta para no dejar dudas de su comodidad.

Fue grabando con ellos uno de los tres discos que tienen cuando se dio cuenta de que quería ser solista. “La banda tiene un estilo particular, yo quiero hacer el mío propio, un poco más pop, sin dejar las raíces del rock, y Willy no es muy allegado a ese estilo, por eso quise intentar solo…”, dice el músico.

Ha grabado tres temas en esta etapa, en la que aprovecha para presentarse en escenarios más minimalistas, en donde solo lo acompaña su guitarra.

Una de las canciones es ‘Libres para amar’, de corte romántico y que habla del amor de una pareja que quiere dar todo para sobrevivir. Pese a que Willy dejó que Lalo emprenda este proyecto en solitario, es él quien ayuda a su hermano en la composición lírica y musical de las canciones.

Debido a la demanda que tiene Lalo con los clásicos rockeros, este proyecto tomará fuerzas el próximo año. Adelanta que tendrá a sus seguidores al tanto a través de sus redes sociales.

Entérate

• En un paréntesis de su vida musical, Lalo Wong viajó a Estados Unidos para estudiar Marketing y Administración de Empresas.
• Este viernes, Lalo actuará junto con Silvia Flores en la sala experimental del Teatro Centro de Arte. El show se denomina Desconectados. Allí, con la compañía de la banda de Willy Wong, se hará un repaso de los mejores temas en inglés de los setenta y ochenta.
• Ese show incluye temas como ‘Baby I love you way’, ‘Dont stop believin de journey’, ‘Have you ever seen the rain de creedence’, entre otros.
• La entrada al concierto vale $ 20 e incluye un coctel de bienvenida. El espectáculo durará dos horas y se iniciará a las 21:00.