“¡Qué bonita vecindad!/ ¡qué bonita vecindad!/ Es la vecindad del Chavo/ No valdrá ningún centavo/ pero es linda de verdad...”

Aquellos estribillos describen el barrio ideal y de ficción que dista mucho de la realidad conflictiva que vivieron los actores que interpretaron a los hilarantes personajes de ‘El Chavo del Ocho’, serie que hoy cumple 45 años de haberse transmitido por primera vez.

La vecindad luce vacía porque hace 24 años dejaron de grabarse los capítulos para la serie Chespirito y porque desde 1988 empezaron a morir algunos de sus personajes.

Ramón Valdez (Don Ramón), falleció el 9 de agosto de 1988 por un cáncer de estómago que la produjo su adicción al cigarrillo.

Raúl ‘Chato’ Padilla (Jaimito El cartero) dejó de existir el 3 de febrero de 1994 por un infarto, derivado de la diabetes que padecía. Aunque él no fue del elenco original, tuvo mucha acogida con su personaje.

Angelines Fernández (Doña Clotilde, la bruja del 71 que estaba enamorada de Don Ramón), murió el 25 de marzo de 1994 de cáncer; mientras que Horacio Gómez, hermano menor de Roberto Gómez Bolaños, dejó de existir también por un infarto en 1999.

Gómez, quien era publicista y guionista, interpretaba al despistado Godínez. Su hermano Chespirito, el creador del Chavo del Ocho, lo siguió el 28 de noviembre de 2014, a causa de muchas enfermedades, mientras que Rubén Aguirre, el recordado Profesor Jirafales, murió el viernes pasado por una neumonía vinculada a su diabetes y otras dolencias.

La vecindad empezó realmente a “morir” en la década del 70. Detrás de la cámara, sin que sus millones de televidentes lo supieran, habían líos amorosos, envidias y más.

El primer aviso fue la salida de María Antonieta de las Nieves, La Chilindrina. Ella se apartó del elenco en 1975 porque no se sentía cómoda haciendo comedia y más bien se consideraba una actriz dramática. Al año siguiente volvió.

Carlos Villagrán, intérprete de Quico (hoy escrito como Kiko tras una disputa de derechos de personaje), se fue de la vecindad en 1978 y al poco tiempo lo siguió Valdez por solidaridad.

Según Villagrán, Gómez Bolaños tenía celos de él porque su personaje era más popular que el mismo Chavo. No obstante, Édgar Vivar (El Señor Barriga y Ñoño) decía que Chespirito más bien escribía los mejores chistes para que se luciera Villagrán. Rubén Aguirre, quien siempre se declaró amigo incondicional de Gómez Bolaños, apoyó con esa postura.

Villagrán también reveló que sostuvo un romance con Florinda Meza, la viuda de Chespirito e intérprete de Doña Florinda. Él afirma que Gómez Bolaños le quitó a quien era su novia. “No le diría manzana de la discordia a Florinda. Le diría que es el gusano de la manzana. Es triste haberla visto mandar siempre a Roberto (Gómez Bolaños). Es una mujer amargada porque nunca pudo tener hijos”, dice Villagrán.
Hace poco Meza dijo que Valdez se drogaba y eso incomodó a la familia del fallecido actor.

De las Nieves tuvo una disputa legal por el personaje de La Chilindrina desde 2002 a 2005. El pleito surgió porque 1995 ella aprovechó que Chespirito no había renovado los derechos del personaje y ella lo hizo suyo. El proceso terminó en buenos términos, pero ella fue excluida de la serie animada.

Luego De las Nieves se enemistó con Aguirre porque él en su libro ‘Después de usted’ (2014) dijo que lo que hicieron ella y Villagrán (apropiarse de los personajes) fue una “canallada”.

Antes de morir Chespirito sentenció el final de la vecindad al decir “los personajes existen y viven en la imaginación (del público) y en lo que vieron, y ahí quedó”. Él sabía que la vecindad solo fue bonita en la ficción. (I)