Ecuador, 18 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

El cantautor mexicano actuó en el coliseo rumiñahui y hoy repetirá su concierto en el alberto spencer

Juan Gabriel, agradecido por el cariño quiteño

Foto: Miguel Ángel Jiménez
Foto: Miguel Ángel Jiménez
15 de marzo de 2014 - 00:00 - Daniela Moina /Quito

Las canciones del ‘Divo de Juárez’ empezaron a escucharse desde horas de la tarde en las cercanías del coliseo Rumiñahui. Eran los comerciantes que ya ofrecían la colección completa de los temas de Juan Gabriel. Dieron las ocho de la noche y el aforo del recinto luce lleno, la gente terminaba de acomodarse en sus lugares y las luces se apagaron para presentar a la telonera del mexicano: Ana Pasteri, quien acompañada de un piano interpretó con mucho sentimiento: ‘Zamba para olvidar’, ‘Ángel de luz’ y ‘Nuestro Juramento’.

Ha pasado como media hora y la gente empieza a impacientarse, pues el cantautor mexicano no había visitado el país desde hace 12 años y ya era hora de verlo. Los músicos se ubican en sus lugares, un director musical se coloca al frente y empieza a sonar ‘Luna’ (canción interpretada por Ana Gabriel) como introducción del espectáculo.

Un momento de distracción y la gente gritó eufórica, Juan Gabriel saltó a escena, vestido de traje blanco, abrió los brazos y saludó al público. El mexicano tomó una copa en su mano derecha y hace un brindis. “Brindo por Ecuador”, dijo emocionado y agregó que ya quería estar en el país después de doce años de ausencia. “Vuelvo con el mismo cariño, con el mismo amor y con el mismo respeto...”, reiteró.

La música vuelve a sonar con el tema ‘Siempre en mi mente’ y la gente se conmociona y empieza a corearla. Algunas nostalgias afloraron entre los presentes, algunos incluso intentaban controlar las lágrimas, otros se abrazaron o se tomaron de las manos. Las banderas mexicanas también empezaron a flamear entre el público, quizá algún compatriota que quiso hacerse sentir de alguna forma.

Después el romanticismo y el despecho se hicieron presentes con temas como ‘Mi fracaso’, ‘Hazlo por mi corazón’ y ‘Tus ojos mexicanos lindos’, los seguidores del ‘Divo’ que además llenaron el coliseo Rumiñahui, se sabían casi todas las canciones. Eso es una muestra de la trascendencia que ha tenido su música a través de los años. Varias generaciones se juntaron para disfrutar del show, familias enteras, padres e hijos, abuelos, amigas, en fin jóvenes y adultos cantaron a la voz de Juan Gabriel.

De un momento a otro, se empieza a escuchar un sonido diferente pero conocido, eran los mariachis que de a poco se tomaron el escenario. Es inevitable no mover el cuerpo al ritmo de los acordes típicos mexicanos, y lo propio sucedió con el cantante. Su inconfundible movimiento de caderas y de sus pies contagian hasta al más amargado.

La piel se erizó cuando los ‘charros’ empezaron a entonar ‘Romántico Quito mío’, tema que es casi como el himno de la ciudad, y que todos por supuesto cantaron a viva voz. Sin embargo, si alguien no era quiteño y no se sabía la letra de la canción, no pudo quedarse atrás cuando sonaron los acordes de ‘A mi lindo Ecuador’.

Todo un despliegue musical alrededor de una de las voces más importantes de Latinoamérica hizo del show un evento inigualable. Todos los detalles rígidamente sincronizados, los movimientos, los coros, absolutamente todo pensado y coordinado.

De rato en rato el ‘Divo’ sentía la necesidad de sentarse, descansar un tanto, mientras el resto de su equipo seguía disfrutando de la música.

La nostalgia vuelve al lugar y los juegos de luces acompañan el ambiente. Entre saxos y trompetas suena la emblemática canción ‘Se me olvidó otra vez’. En el público se puede distinguir a varias personas de pie y cantando emocionadas, a un par de mujeres les afloraba el despecho, al menos eso se podía concluir con sus gestos.

Después de 40 años de trayectoria, un show de tres horas de duración no sería suficiente. “Tiene demasiados éxitos y el tiempo parece que va a faltar”, comentaba una pareja.

De repente suena otra de las ‘buenas’, el sentimiento del artista se contagia, todos cantan ‘Inocente pobre amigo’, básica en el repertorio del sentimiento y del despecho, al menos en el público latino.

Durante esta intervención se muestra, en una pantalla LED, una presentación fotográfica de los íconos del arte mexicano, entre ellos: María Félix, Cantinflas, Pedro Infante.

El show sigue y éxitos como ‘Abrázame muy fuerte’, ‘No vale la pena’, ‘Me gustas mucho’, ‘Querida’, ‘Me nace del corazón’, ‘Insensible’, ‘Hasta que te conocí’, entre otros, hicieron delirar a muchos. Sin embargo algunos tuvieron que contener las lágrimas, cuando dedicó ‘Amor eterno’ a todas las madres ecuatorianas. El tema es sin duda uno de los himnos, canciones dedicables para quienes ya no están.

Es la medianoche, pero nadie se ve cansado, todos han disfrutado de uno de los mejores shows de la música latina. Ha llegado la hora de terminar, una despedida con bombos y platillos, con aplausos y ovaciones. Es inevitable no ponerse de pie y aplaudir.

El ‘Divo’ se despide del público quiteño con el tema ‘Te lo pido por favor’, la gente empieza a salir del recinto, todos salen contentos y con ganas de más.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Social media