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Jeanette cantó sus éxitos en un concierto con toque intimista

Jeanette cantó sus éxitos en un concierto con toque intimista
17 de febrero de 2014 - 00:00

“Hoy en mi ventana brilla el sol...”. Suena su voz melodiosa apenas entra al escenario. Tiene pinta sesentera: vestido corto, rojo y con detalles negros, acampanado en la parte de las caderas; zapatos de tacón, guantes oscuros de talle corto y un pañuelo negro en el cuello.

Es la segunda vez que Jeanette canta en Guayaquil. La última ocasión en que visitó la urbe fue hace dos años, para un concierto que se llevó a cabo en el Centro de Convenciones. Lo de ahora, sin embargo, es muy diferente. El formato en el que actúa esta noche de jueves, en víspera de San Valentín, es intimista, adecuado para el auditorio del Teatro Centro de Arte.

Después de abrir su show con la emblemática ‘Porque te vas’, la inglesa de inmediato da paso a ‘El muchacho de los ojos tristes’, uno de sus muchos temas representativos. Son ya las 22:15 y esta anglo-hispana de 63 años es la encargada de cerrar con su presentación el concierto, al que los organizadores llamaron ‘La gala del amor’.

Jeanette saluda al fin al público. Lo invita a cantar, a recordar, a divertirse. Alguien grita: “¡Daría cualquier cosa!”. Sorprendida por el pedido, reconoce que no preparó el tema porque Chayanne se lo ‘robó’ y acá en Latinoamérica identifican ese éxito en la voz del cantautor. Pero ella esta noche vino para complacer a todos, así que, a capella, lanza los primeros versos de la versión original: “Daría cualquier cosa por estar contigo. Daría cualquier cosa por volverte a ver...”.

Ella se hizo famosa por su voz privilegiada en los años sesenta, pero no fue hasta 1971 cuando, a los 20 años, empezó con un estilo balada pop que la acompaña hasta hoy. Ya no es esa joven de aquellos años en los que comenzaba a cantar, pero si de algo no cabe duda, es que su voz está intacta.

“Es San Valentín. Hay un símbolo para esta fecha, un corazón... yo también tengo uno, pero el mío es de poeta”, dice antes de cantar ese otro éxito que fue coreado por el público.

Jeanette le da a sus fans lo que quieren y se toma un tiempo para ella. Como nunca lo hizo en Ecuador, dedica un espacio de su presentación para cantar en su idioma natal. Revive entonces sus adorados sesenta, con la canción  ‘These Boots Are Made for Walking’, que hizo famosa en esa época Nancy, la hija mayor de Frank Sinatra.  

De vez en vez, el público, en su mayoría de edad adulta, le ayuda a corear las canciones. Todos esperan esa, la que dejó para el final, de la que tantos recuerdan el emblemático video en que ella aparece con sus grandes ojos azules y canta: “Yo... soy rebelde porque el mundo me hizo así...”.

A la artista británica de nacionalidad española le hacen protocolo los mismísimos ángeles, pero no los del cielo, sino los de Chile. Esos que se dieron a conocer hace más de cuarenta años como Los Ángeles Negros. Entran a escena a las 21:00, con alineación básica: batería, teclado, bajo y guitarra, que hacen sumergirse en recuerdos a los asistentes a punta de éxitos.

El vocalista está vestido de blanco. Caminaba en el escenario con botella en mano y rizos estilo Valderrama, pero menos frondosos y más oscuros. “Ojo. Esto es té”. Aclara sobre su trago en media tocada, alzando la botella como quien muestra un trofeo.

Totalmente desinhibido, confiesa en su hora de actuación que la banda ama a Ecuador: “Es un país que nos acoge desde los ochenta con infinito cariño”. Tiene como su ciudad favorita a Guayaquil. “La Miami de América Latina. Cada vez más hermosa”, dice con tono emotivo.

No sabe cómo más halagar a la ciudad que esa noche los acoge. Así que canta: “Cómo quisiera decirte... decirte cuánto te quiero....”, tema que empieza con un punteo de agudo de guitarra que hace erizar la piel.

Su fuerza escénica se impone a su tono vocal, que no llega a convencer al público del todo, pues aunque algunos viajan en el tiempo en medio de sonrisas complacientes con los temas más conocidos del grupo, como ‘Amor por ti’, pocos son los que corean la mayoría de las canciones.

Una presentadora da el anuncio que marca la precuela de la actuación de Jeanette, pero un problema técnico le da a la artista que abre el concierto la oportunidad de cantar una más antes de que Los Ángeles Negros entren a escena. Se trata de Luz Marina, que esta noche representa a Ecuador desde su natal Quito, a las 20:30.

En un tributo de media hora, recuerda los temas más exitosos de Claudia de Colombia solo con pista. Está vestida de un traje de terciopelo azul marino, que deja al descubierto media pierna izquierda entre detalles color plata.

Sonriente, aunque algo nerviosa, la quiteña deja claro que esta noche le canta al amor, y a todo tipo de relación sentimental que pueda surgir entre dos personas.

El público la alienta con aplausos mientras ella, de lado a lado se pasea por un escenario que al momento de su presentación tiene todavía el telón cerrado. A esa hora, las puertas laterales del auditorio se abren entre canción y canción.

Por estas ingresan los infalibles impuntuales, pero como las luces están apagadas, su arribo casi imperceptible resulta oportuno, pues con su presencia se ocupa casi totalmente el 50% del auditorio. El otro 50% decidió festejar el Día del Amor en otro lado.

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