Una cosa es Julio Iglesias y otra muy distinta es su hijo Enrique. Ambos son muy famosos, pero tienen estilos y logros diferentes. Uno de ellos es que el padre conquistó el mercado estadounidense desde la década del 70 e interactuó con leyendas como Frank Sinatra, solo por citar uno.

Y claro, dentro de ese recorrido por el mercado gringo, no podía faltar el Madison Square Garden de Nueva York. Allí Julio cantó por primera vez en 1976, un año después del nacimiento de Enrique, quien el próximo 15 de febrero nuevamente tendrá la oportunidad de interpretar sus melodías en ese escenario. No obstante, el mismo Enrique confiesa que no es fácil para ningún cantante por más famoso que sea.

“El Madison Square Garden, de Nueva York, es un escenario en el que, quieras o no, siempre te pones nervioso. También me pasa en Madrid, porque aún siendo español me pongo nervioso. Son lugares en los que sientes un poco más de cosquilleo y mariposas en el estómago. Y el público nota tu estado de ánimo. Igual que si un día no estás de buen humor, ellos se dan cuenta”, asegura el hispano, quien está recargado para este 2014 con un disco que tiene colaboraciones que van desde la australiana Kylie Minogue hasta su viejo amigo Pitbull.

Mientras tanto suena ‘El perdedor’, el primer sencillo de su próximo álbum, aún sin título, que saldrá en marzo.

Iglesias bromea un poco acerca del triunfo y la derrota, a través de su experiencia personal.

“No hay vida perfecta. Yo me considero un hombre muy afortunado. He tenido mucha suerte, pero especialmente en las relaciones amorosas. Todos, absolutamente todos, sabemos lo que es ser un perdedor”, afirma.

‘El perdedor’, en el que hace dúo con el mexicano Marco Antonio Solís, es tema principal a la telenovela ‘Lo que la vida me robó’, devuelve la parte más romántica de un cantante que empezó como ídolo adolescente en ‘Experiencia religiosa’, que se convirtió en ‘latin lover’ con ‘Bailamos’ y que después ha reventado las pistas de baile con ‘I Like It’ o la más picante ‘Tonight’ (I’m Fucking You)

“En un concierto, me gusta poder dar al público una canción romántica, otra con la que poder ‘perrear’, otra que pueda cantar saltando como un loco, saltando. Me gusta poder ofrecer un espectáculo con todos estos estilos musicales”, revela.

Otros temas para su disco serán ‘Beautiful’, una canción “muy romántica, de melodía sutil” en dueto con Kylie Minogue, pero también algunos de los sencillos que ha ido lanzando, como ‘I’m a Freak’ con Pitbull; o ‘Loco’, junto a Romeo Santos.

“Me he enfocado mucho en hacerlo más ecléctico todavía. Podría decir incluso que he estado muy bipolar en mis canciones”, reconoce.

Muchos dicen que con el paso del tiempo ha perdido el romanticismo. Él responde: “Sí y no”. Depende. No te diría que soy menos romántico que hace cinco años, pero ahora si hay una canción movida y no es romántica, mientras sea buena me atrevo a hacerla. Hace diez años me dicen que voy a cantar una canción llamada ‘Tonight (I’m Fucking You)’ y pensaría que sería absurdo”, sostiene.

“Pero esa canción tenía una realidad ¿Cuánta gente no quiere decirle a una persona en una discoteca que quiere practicar sexo con ella? Me pareció que era brillante. Y una barbaridad, con sentido del humor, se puede decir”, añade.

Sobre su padre y familia, reconoce que el trabajo los ha separado, aunque sin mermar el sentimiento.

“Empecé mi carrera joven. Por ejemplo, te vas de casa a los 18 y piensas que siempre puedes regresar a casa. Pero pasan los años, y te ves que en diez años no has vuelto. En todo caso, más allá de los compromisos de trabajo, estoy muy unido a mi familia, pero te estaría mintiendo si te digo que en cierta manera mi vida personal no ha sufrido un poco. Mis padres son mis padres y siempre van a estar allí. Los quiero y lo respeto muchísimo”, concluye Enrique Iglesias.