Los salseros de Guayaquil fueron testigos de un hecho inédito en este género con líricas romáticas cuando dos de sus más grandes exponentes se encontraron para cantar juntos por primera vez.

Se trata nada más y nada menos que de los soneros portorriqueños Johnny Rivera y Tony Vega.

Y es que este imprevisto se convirtió en una especie de “milagro” -como dirían los salsómanos- tal como reza la canción ‘El Cristo de los milagros’,  que popularizó Rivera a inicios de la década de los noventa y fue la que precisamente interpretaron en el estrecho escenario de ‘Cali Salsoteca’, desde donde deleitaron a los cientos de seguidores que abarrotaron el recinto la noche del viernes, en plena celebración de San Valentín.

Y como si fuera poco, la histeria se adueñó del lugar cuando revelaron que no solo los une la salsa sino que también un parentesco familiar.

Vega es primo del legendario Adalberto Santiago (Fania All Stars), quien a su vez es tío de Rivera. “...Así que las ganancias quedan en familia”, bromeó el intérprete de ‘Necesito una amiga’, tema con el que puso a bailar a los presentes minutos después.

Pero antes que ocurriera este hecho tres artistas ecuatorianos “calentaron los motores” para que la velada -acompañada de pronunciados escotes, minifaldas, trajes ceñidos, whisky, cervezas, miradas cómplices, baile y una que otra rosa- sea inolvidable.

El primero en subir al escenario de este centro de diversión nocturno fue Manny Way, artista guayaquileño que se ha presentado en varios festivales salseros de Puerto Rico y Nueva York.

El cantante hizo un mix de temas en las que incluyó ‘Por qué se ocupan tanto de mi’ (Iracundos), Los aretes (Sonora Santanera), ‘Que alguien me diga’ (Gilberto Santa Rosa) y ‘La media vuelta’, que popularizó el mexicano Luis Miguel.

Luego subió Nando Ruiz, quien cautivó a los presentes con temas como ‘Apiádate de mi’, ‘Te va a doler’, ‘El día que puedas’, ‘Detenedla ya’, ‘Que nunca me falte tu amor’, ‘Contaminado’ y ‘Si supieras’.

Pasada la medianoche subió el sonero guayaquileño Gustavo Enrique para dar inicio al plato fuerte de la noche. Tras pequeños ajustes técnicos del escenario, el hijo de la cantante Irma Aráuz interpretó ‘Yo en el amor soy un idiota’ de Polo Montañés y su propia versión de ‘En Barranquilla me quedo’, pero reemplazó el nombre de la urbe colombiana por Guayaquil.

Su destreza vocal y desenvolvimiento escénico hizo que se quedara en el escenario para acompañar a Johnny Rivera quien cantó temas como ‘Locos de amor’ y ‘Te siento mía’ antes de pequeñas fallas técnicas que obligaron a un receso de 5 minutos.

Rivera volvió con su clásico ‘Por eso ella está conmigo’ que causó histeria colectiva entre los presentes, mientras en los exteriores del recinto más personas pugnaban por ingresar.

‘Voy a conquistar tu amor’, ‘Cuándo parará la lluvia’, ‘El Cristo de los Milagros’, entre otras fueron las propuestas que este salsero interpretó en su primera visita a Guayaquil. Ya para entonces, su primo Tony Vega ya se encontraba en el plató junto con Gustavo Enrique para llevar al delirio a los amantes salseros.

Tony Vega lideró un completo alboroto al vaivén de las botellas de cervezas cuando interpretó sus éxitos como ‘Ella es’, ‘Esa mujer’, ‘Aparentemente’, ‘Amor de poco tiempo’, entre otras.

En los exteriores de la salsoteca los curiosos se apostaron a pocos minutos de la puerta conformándose con escuchar de lejos al boricua. Sin duda alguna, tal como lo dijo Gustavo, este espectáculo se realizó con la calidad de los grandes conciertos de salsa del mundo.

Vega se despidió pasadas las 02:00 complaciendo a sus seguidores y prometió volver pronto, no sin antes, agradecer las atenciones recibidas por los guayaquileños que lo hicieron sentir “como en mi propia casa”.