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Elton John, el ‘hombre cohete’ que no deja de brillar

Elton John, el ‘hombre cohete’ que no deja de brillar
17 de febrero de 2014 - 00:00

Atrás quedaron los años en los que la imagen de Sir Elton John se asemejaba a la del pianista Liberace, a quien rindió un homenaje en la entrega número 65 de los Emmy interpretando ‘Home Again’, a propósito de la película ‘Behind the Candelabra’, de Steven Soderbergh.

Ahora, es un señor de la canción, y un padre y esposo también. Durante todo el concierto que ofreció la noche del anterior sábado en Quito se mostró tranquilo y profundamente agradecido con su público; un público fiel que no paraba de corear sus letras ni de aplaudirlo de pie cuando finalizaba cada canción.

Este hombre, que parece devorar con las manos las teclas del piano, y cuya capacidad de transformación camaleónica en sus presentaciones alguna vez fue comparada con la de David Bowie, nació con el nombre de Reginald Kenneth Dwight en el barrio londinense de Pinner, en Midlesex.

Su talento como compositor y cantante apareció temprano: a los 4 años tocaba el piano, a los 11 obtuvo una beca para estudiar en la Royal Academy of Music y a los 16 ya era todo un profesional. Su primera banda, Bluesology, lo sintonizó de inmediato con la escena discográfica del momento y le brindó la experiencia necesaria para comenzar su carrera como solista.

Pero fue cuando conoció a Bernie Taupin que su vida musical empezó a ser socialmente reconocida y celebrada. Los llamaban la “pareja letal”. Elton John componía la música y Bernie Taupin las letras.

El producto de esa peligrosa combinación fue una serie de canciones íconos del glam rock y del pop piano que ahora son un himno para muchos, como ‘Can you feel the love tonight’ (que ganó el Oscar a la mejor canción gracias a la película ‘El rey León’), ‘Your song’, ‘Sacrifice’, ‘Candel in the wind’ o

‘Rocket man’, la cual toma como punto de partida al relato homónimo de Ray Bradbury, centrado en las reflexiones de un explorador del espacio que debe dejar a su familia para investigar la superficie de Marte en soledad. El productor de Honky Château, el disco de donde sale ese single, fue ‘Gus Dudgeon’, responsable a su vez de ‘Space Oddity’. El círculo se cierra en las estrellas.

Como señalaba el crítico Jacobo Celnik, “Elton John ha madurado, en los últimos 13 años, una obra sólida que supera su producción de finales de los 80 y principios de los 90, cuando cayó en clichés del pop y una imperante necesidad comercial de adaptarse a las dinámicas del mercado.

Trabajos como ‘Songs from the West Coast’ (2001), ‘Peachtree Road’ (2004) y ‘The Captain & the Kind’ (2006) son reflejos de la madurez y sabiduría con el que un artista enfrenta el paso del tiempo”, y eso fue lo que demostró hace dos días, aunque su trivialidad pop no dejó de encantar a todos, y eso también lo dejó claro.

John Peter, de Galápagos, y Christian Hidrobo, de Pichincha, fueron los artistas encargados de abrir el concierto del cantante, compositor y pianista británico que por primera vez está en Ecuador. Con ‘Sorry Seems to Be the Hardest Word’, escrita por Elton John y Bernie Taupin en 1976, y que en español se la conoce como ‘Ya no hay forma de pedir perdón’ (tema interpretado por Pedro Aznar), los músicos nacionales culminaron su participación y, de paso, le rindieron un tributo a su autor original.

La proyección en las dos pantallas ubicadas en la Arena San Francisco de Cumbayá de la portada ‘Goodbye Yellow Brick Road’, séptimo álbum de estudio de Elton John, considerado como su mejor trabajo y el más vendido (cerca de 31 millones de copias en todo el mundo), anunciaba que él pronto aparecería.

Con un traje azul brillante y unos lentes con un marco grueso del mismo color de su vestuario, Sir Elton John se presentó en el escenario. Ahí le esperaba su acompañante de siempre: un piano Yamaha valorado en un millón de dólares, que horas previas al concierto fue afinado por el luthier cuencano Luis Verdugo. ‘The one’ fue la canción que inauguró la noche, seguida por los clásicos ‘Rocket Man’, ‘Believe’, ‘Sorry Seems to be the hardest word’, ‘Your Song’, ‘Candle in the wind’, ‘Daniel’ y ‘I’m Still Standing’.

Parecería que la selección de las poco más de 20 canciones que tocó en esa noche fueron ordenadas en base a lo que él proyectó durante toda su vida artística: un amor consciente, a ratos inocente, a ratos liberador, pero siempre esperanzador. Definitivamente, Elton John, el ‘hombre cohete’, no ha dejado de brillar.

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