León Gieco siempre se ha distinguido por grabaciones con otros artistas. Lo hizo cuando formó parte de Porsuigieco. Lo repitió en los cuatro volúmenes de su disco ‘De Ushaia a La Quiaca entre 1985 y 1999 como solista; y en ‘Bandidos rurales’ (2001).

En este último álbum, que contiene 12 canciones, consta ‘La memoria’. Según su autor, la canción recuerda que los genocidas están sueltos. Se refiere a los asesinatos de personajes públicos argentinos como el periodista Rodolfo Walsh, el obispo Enrique Angeleli, hasta los 85 muertos por el atentado en la sede de la comunidad judía argentina (AMIA), el 18 de julio de 1994, en la calle Pasteur 633, en Buenos Aires.

Ahora ‘La memoria’ cobra vigencia 14 años después de su publicación original por la cercanía del aniversario 22 del atentado en la AMIA. De hecho, se trata de una iniciativa de la comunidad judía, que reunió a 100 músicos argentinos en un video que se difunde desde el lunes pasado.

La premisa del Proyecto Memoria AMIA es: “Más allá del nombre de cada una de las tragedias, compartimos el compromiso contra el olvido y la impunidad”. Además del video también consta una muestra fotográfica que se exhibirá en la sede de la AMIA.

Con dirección y producción musical de Lito Vitale, la grabación contó con la participación de León Gieco, el autor de ‘La Memoria, Valeria Lynch, el folclorista Abel Pintos, Andrés Ciro Martínez, ex líder de Los Piojos y ahora de Ciro y Los Persas; los ex Serú Girán, Pedro Aznar y David Lebón; y Patricia Sosa, exvocalista de La Torre.

A ellos se sumaron Áxel, Diego Torres, Alejandro Lerner, Piero, Natalia Oreiro, actriz uruguaya-argentina; Hilda Lizarazu, habitual corista de Charly García; Bahiano, Lucía y Joaquín Galán, del dúo Pimpinela que el fin de semana pasado se presentó en Ecuador; el ganador del Óscar y líder de Bajofondo, Gustavo Santaolalla; Raúl Porchetto, Juan Carlos Baglietto y Litto Nebbia.

Otras voces fueron la de Lali Espósito, quien hace un par de semanas estuvo en Ecuador para promocionar su disco ‘Soy’; Luciano Pereyra, coach de La Voz Ecuador; Marcelo Corvalán, de Carajo; Andrés Giménez, de A.N.I.M.A.L.; Miguel Cantilo; Ricardo Mollo, de Divididos; Adrián Barilari, de Rata Blanca; Soledad Pastorutti, ‘La Sole’; Cucho Parisi, de Los Auténticos Decadentes; Los Nocheros, Los Tipitos; Nito Mestre, ex Sui Géneris y otros más.

Con Lito Vitale en pianos y teclado, la orquesta estuvo integrada por Irene Cadario (violín), Paula Pomeraniec (cello), Víctor Carrión (flauta), Emiliano Álvarez (clarinete), Luciano Vitale (contrabajo y ronroco), Sonia Álvarez (arpa), Facundo Guevara (percusión), Mariano Delgado (guitarra), Javier Mareco (copista y asistente de dirección musical), y Lucho González (opciones armónicas). “La canción ‘La memoria’ de León Gieco es, para todos, un himno que condensa de manera magistral todas las causas y heridas abiertas que siguen reclamando justicia y que luchan para no caer en el olvido. El compromiso de quienes participaron fue inmediato”, asegura Elio Kapszuk, creador del proyecto por parte de la AMIA. “Recordar, tener presente lo que pasó, es solamente una parte. La justicia es inexorablemente la otra cara de la misma moneda”.

Kapszuk explica que el videoclip finaliza con un mensaje final que emociona y conmueve, cuando cada artista mira a la cámara y pronuncia la palabra: “justicia”. El clip fue dirigido por Sebastián Orgambido, realizado por la productora K&S Films y grabado el 31 de mayo pasado en el Auditorio de la Paz de la Asociación Budista Soka Gakkai Internacional de Argentina.

No obstante, el trabajo general requirió de más tiempo. “La producción tardó un año. Teníamos que cubrir distintas edades y géneros, nos parece que tiene que haber puentes. La memoria define nuestra identidad: somos lo que recordamos”, explica Gabriel Scherman, productor general del video. “No hubo grieta, ni banderas políticas. Éramos todos cantando la misma canción”, refiere el baladista Alejandro Lerner, autor de ‘Todo a pulmón’, ‘Amarte así’, ‘Volverte a ver’, ‘Después de ti’, ‘Cuando estoy lejos de ti’ y otras.

Agrega: “Había un sentido místico, como una ceremonia. Es la música popular argentina, un crisol de razas. Hay un alto nivel de emotividad en la edición, magia pura: es una canción que no quieres que termine. Me siento honrado como argentino”. (I)