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Don Juan, al banquillo de los acusados

Don Juan, al banquillo de los acusados
12 de septiembre de 2013 - 00:00

¿Qué tienen en común Tisbea, Ana, Aminta e Isabela?  Todas ellas amaron y fueron engañadas por el mismo hombre. Literalmente por un donjuán. Y aunque sus nombres nos evoquen textos literarios, no son más que la representación de la mujer como tal, aquella que desde años remotos ha estado a la sombra del machismo, el cual en ocasiones es fomentado por su mismo género.

Es así como el Teatro Sánchez Aguilar se presta esta noche a ofrecerle al público guayaquileño su primera obra original ‘Las burladas de Don Juan’, motivados por un profundo compromiso y responsabilidad con la sociedad.

Para hacerlo se pusieron en contacto con la española Lucía Miranda, una directora en formación, quien a sus 30 años ya cuenta con un notable reconocimiento en su país y fuera de este.

Ramón Barranco, director artístico de este centro cultural, aseguró que todas las versiones que existen de la adaptación de ‘El burlador de Sevilla’ (1630), del dramaturgo y poeta español Tirso de Molina, han sido escritas o dirigidas desde la mirada masculina.

Es precisamente ese aspecto lo que los motivó a montar esta obra, pero desde la otra cara de la moneda, a fin de conocer qué piensan las mujeres que han sido burladas, vejadas y hasta juzgadas por Don Juan y por la sociedad. “Con esta obra lo que se pretende es cambiar ese mito que se creó sobre este personaje, convirtiéndolo en el más envidiado para la mayoría de los hombres y el más deseado para las mujeres. Hay que quitarle el mito porque detrás de él hay historias tristes que contar”, comentó Barranco.

Por eso no dudó en contactarse con Lucía Miranda, quien ha trabajado desde el lado humano del teatro, basándose en los textos clásicos para hablar de los males de la sociedad.

Es así como llega ‘Las burladas de Don Juan’, una obra contada en verso en cuatro actos en los cuales se  narran las vivencias de las mujeres olvidadas por el mítico seductor. “Cuando me llegó esta propuesta no me tomé el tiempo de pensarlo mucho tiempo porque desde el inicio me pareció una idea maravillosa. Nos planteamos el reto de transformar la figura de Don Juan para que deje de ser el héroe y se lo vea tal como es”, sostuvo.

Para esta artista fue un reto “enorme y emocionante” hacerlo, pues “resulta difícil contar una historia en verso y adaptarla a una realidad latinoamericana y actual”.

Por ejemplo, en la obra original Dios y el rey son quienes hacen un juicio al personaje central, pero en esta adaptación decidimos que tenían que ser los medios de comunicación y las redes sociales.

‘Las burladas de Don Juan’ se convirtió de esta manera en un reality show en donde las cuatro mujeres contarán su drama”, explicó.

El elenco

La cuentera y escritora Ángela Arboleda interpretará a Isabela, una viuda alegre de la alta sociedad capitalina. “La violencia contra la mujer ha existido siempre y eso no quiere decir que deba seguir así. Con este trabajo ponemos sobre el tapete esta problemática para debatir y analizar”.

La actriz Érika Vélez dará vida a Tisbea, una humilde pescadora con visos feministas. “Tenía ganas de hacer teatro y qué mejor hacerlo con esta obra que plantea una mirada femenina sobre una problemática. Soy defensora del respeto y de la integridad de la mujer”.

Gilby de la Paz en esta propuesta es Ana, hija de un embajador celoso de su honor familiar. “Yo he visto de cerca a diario el drama de muchas mujeres que han sido maltratadas por un donjuán o por el machismo impuesto por la misma sociedad. Me pregunto, ¿por qué al hombre pueden dejarlo salir a cualquier hora y a la mujer no? Eso me provoca mucha rabia”.

Belén Idrobo dará vida la aldeana Aminta, quien acaba de casarse con su prometido de toda la vida, pero que también fue víctima de Don Juan. “Es una historia actual que debemos analizar todos empezando desde el seno familiar. El machismo muchas veces viene de casa”.

El actor Aníbal Páez hará varios personajes en esta propuesta, entre los que más destaca es el Marqués de la Mota. “Cuántas veces he sido un donjuán y he engañado a muchas mujeres. Éticamente me vi comprometido a participar en esta obra que me invita a reflexionar y transmitir un mensaje de cambio”.

El mítico Don Juan es interpretado por Ricardo Velástegui. “Me gustó la visión que la directora plantea y la producción en sí porque la trama es muy ecuatoriana y pocas personas conocen al verdadero Don Juan. Aceptar ha sido un gran acierto porque me he divertido mucho y he aprendido cosas que no conocía como actor”.

Juan Pablo Asanza dará vida a Catalinón. “Me uní al elenco porque la historia es fascinante y porque la producción en sí es muy original que los va enganchar de una. Además ese compromiso social que tengo con la sociedad es más fuerte que cualquier otro aspecto”.

Lo mismo piensa Luis Antonio Aguilar, quien interpretará a Pedro Tenorio. “Yo he visto a varias mujeres con cinco u ocho hijos y siempre andan sola. Nunca están con su esposo. Eso debe cambiar. Soy testigo de muchas manifestaciones de machismo que me molestan como ser humano, porque todos merecemos el mismo respeto, amor y dedicación del que esperamos recibir”.

La presentadora Mariela Viteri interpretará a una conductora de un Talk show. “Cuando me dijeron de este proyecto pensé  ‘yo sí voy’ porque creo que hay que darle palo a los hombres. (risas) Realmente mi sentido de responsabilidad como madre, ciudadana y como mujer me llevó a aceptar”.

LA DIRECTORA: “AL LOBO SE LO COMIÓ CAPERUCITA”

¿Qué la invita a usted a participar siempre en obras de contenido social?
Todo mi trabajo plantea una relectura de los clásicos para favorecer a la mujer. Hasta nuestros días vemos  en los clásicos a la mujer que no habla empoderadamente. Siempre somos prostitutas, monjas y una que otra princesa. No existe una mujer fuerte que tenga un discurso claro como lo puede tener Hamlet.

Su propuesta podría tildarse de feminista de cierta manera...
No. Lo que pasa es que si tú de pequeña lees un cuento de hadas cuando seas grande vas a estar esperando a que un príncipe te ponga un zapatito. Pero si vemos a personajes en los que se presenta a una mujer que quiere estudiar, ser profesional y valerse por sí misma nos va a inspirar. Si estoy poniendo eso en las tablas estoy creando un imaginario colectivo.

¿Cuándo dejó de creer en los cuentos de hadas?
Nunca he creído en ellos. Tuve la suerte de tener una madre que cuando me contaba Caperucita roja decíamos que al lobo se lo comió Caperucita. Yo iba a la escuela y lo contaba a mi manera.

¿Eso le trajo problemas?
Problemas serios no. Pero si me decían en la escuela que mi madre me contaba mal los cuentos y yo los defendía porque sabía que ese debería ser el final feliz. Mi mamá me hizo fuerte al saber cómo era la realidad.

Fue una niña poco convencional...
Sí desde luego. Jugaba al fútbol, no me ponía moñitos ni nada de eso. Viajaba sola siempre y no necesitaba de un hombre que me cuidara. Las mujeres podemos ser autosuficientes. Ahora tengo la suerte de contar con un hombre a mi lado que sabe cómo soy y me acepta.

¿Con ‘De Fuenteovejuna a Ciudad Juárez’ hizo el mismo proceso que ‘Las burladas de don Juan’?
Sí, pero acá era más extremo. Me fue difícil encontrar a la Laurencia que quería. Fue un reto que me dejó muchas satisfacciones.

¿Llevó esa obra a Ciudad Juárez?
No pudimos. Creo que les dio algo de temor a los promotores. Pero en Nueva York nos fue estupendo.

Fotos: Gerónimo Altamirano

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