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De la teoría a la práctica, Golpe Urbano gana fans

De la teoría a la práctica, Golpe Urbano gana fans
20 de enero de 2014 - 00:00

Hace un año atrás, siete estudiantes de percusión decidieron mostrar lo aprendido en los escenarios y conformaron Golpe Urbano, proyecto musical que está dirigido por el baterista quiteño Diego Miño, integrante de Tomback y Chaucha Kings, y quien a través de su academia ‘La Despensa Miño’ enseña y promociona a músicos de distintas edades.

Transmitir un mensaje por medio del ritmo es uno de los objetivos del grupo. Materiales no convencionales y de reciclaje, como tachos de basura, son los que utilizan los percusionistas para crear los sonidos.

“Todo empezó como una clase, pero a los chicos les gustó esa materia de tocar con material reciclado y ahora son un grupo consolidado”, comenta Miño, quien desde hace 15 años se ha dedicado a impartir sus conocimientos musicales.

La banda está conformada por Alexander Albán, quien es de Machala; Santiago Páez (Tulcán), y los quiteños: Juan Francisco Toral, David Vásquez, Vicente Olivo, Josué Tufiño y Joaquín Pesantes. Este último integrante es el menor del grupo, y a sus 8 años ya se ha involucrado con el mundo artístico, pues está presente en todos los show que ofrece el grupo.

“Joaquín toca como los grandes, él trabaja y recibe sus pagos como todos los integrantes por su buen desenvolvimiento y ya tiene muchas fans”, dijo Miño, y acota que aunque a veces la gente confunda a Golpe Urbano con Tomback, para él no son competencia y aspira seguir apoyando a los demás músicos de su academia.

“Normalmente tú aprendes a tocar los instrumentos unos dos años y luego tratas de darte a conocer, y a veces te cuesta muchos años salir en televisión. En Golpe Urbano hay chicos que al mes de entrar a estudiar ya estaban dando conciertos y tenían entrevistas y presentaciones en algunos canales. Ese es un gran paso para ellos y a la gente le gusta escucharlos, por eso son contratados para todo tipo de eventos”, añade el baterista.

En Estados Unidos y Europa existen grupos de percusión que utilizan varios objetos para crear los sonidos. Con esa influencia, Golpe Urbano propone algo distinto a lo que hay en el mercado musical ecuatoriano, con la idea de que su música se vuelva popular y las personas reconozcan su trabajo.

‘Ecuador urbano’ se titula el tema con el que debutan como grupo profesional, el mismo que tiene un video que grabaron en distintos escenarios de la ciudad de Quito.

Tres veces por semana se reúnen los 7 músicos y el director del grupo para los respectivos ensayos. Saben que el trabajo es duro, pues cada vez quieren hacerlo mejor, pero el resultado que obtienen después de varias horas y días de practicar es lo que los motiva a seguir.

Pero el crecimiento de este grupo masculino no solo es musical sino también artístico, pues al estar conscientes de que deben presentar un trabajo de calidad ante el público y los medios, se preocupan por asesorarse en varios aspectos para proyectar de manera positiva su imagen. Es por ello que cuentan con una directora de comunicación que los guía y entrena para que den buenas entrevistas. Para ellos la meta es clara: Golpe Urbano es una carrera no un pasatiempo.

Para que el show en vivo del grupo sea entretenido existe una combinación de la música con el teatro, ya que mientras tocan los instrumentos, bailan, hacen un poco de actuación y una presentación coreográfica.

Alrededor de 40 minutos permanecen en el escenario. En ese tiempo presentan ritmos africanos, brasileros y uruguayos, entre otros sonidos del mundo, que son con los que empezaron en sus ensayos. Sin embargo, actualmente estudian los ritmos de la percusión ecuatoriana para mostrar al mundo lo nacional.

Esta etapa artística la fusionan con distintas actividades, como sus carreras universitarias, estudios secundarios y sus empleos por lo que tienen que darse tiempo para todo. José es quien más está relacionado con el medio, pues estudia producción musical en el Instituto de Artes Visuales de Quito (IAVQ).

Alexander por su parte trabaja en una aseguradora, Juan Francisco es profesor de inglés, Joaquín está en la escuela, Vicente en el colegio, y David está dedicado ciento por ciento a la música.

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