La primera vez que los jesuitas ocuparon la manzana donde hoy funciona el Centro Cultural Metropolitano fue en 1594. Entonces, a petición del obispo Luis López de Solís, se hicieron cargo, en unas casas ubicadas junto a la actual iglesia de la Compañía, de la dirección del Seminario Conciliar, llamado desde entonces Colegio Seminario de San Luis.

Tres años más tarde, en 1597, -según la historiadora María Antonieta Vásquez- se realizó la permuta entre el mencionado local del Seminario y el primer colegio jesuita, que funcionaba al frente, atravesando la actual calle García Moreno.

A partir de ese año se edificaría paulatinamente el imponente complejo del Colegio Máximo Jesuita, que se extendió a toda la manzana.

La infraestructura de este centro mayor de la Orden comprendía infinidad de dependencias. Lo cotidiano, como la botica, la panadería y las huertas, se conjugaba con lo sagrado, y, sobre todo, con lo intelectual, pues dentro del conjunto brilló la Universidad de San Gregorio Magno con su magnífica biblioteca, considerada una de las más sobresalientes en América del Sur.

Pero el 20 de agosto de 1767 se expulsó a la Orden de la Compañía de Jesús de la Real Audiencia de Quito en cumplimiento de la Pragmática de Carlos III. Este hecho trastocó definitivamente el devenir del edificio.

Actualmente, este espacio cultural es uno de los más visitados en Quito porque  en sus paredes alberga el museo de cera en el que se representa la masacre del 2 de Agosto de 1810.   

En agosto del 2010, en el marco de las celebraciones por el Bicentenario del primer Grito de Independencia, el Municipio de Quito entregó la sala permanente ‘De Quito al Ecuador’ del Museo Alberto Mena Caamaño, totalmente renovada.

Este espacio presenta el proceso histórico que llevó al país, de ser un ente colonial, Real Audiencia de Quito, a  una república autónoma e independiente, a través de una serie de transformaciones políticas.

En este periodo se inserta el movimiento de independencia local, las campañas libertarias de Bolívar y Sucre, y la conformación de la Gran Colombia, de la que formaba parte el Ecuador como Departamento del Sur.

El tratamiento museográfico refuerza la presencia de las figuras de cera como característica distintiva de este museo, las que combinadas con ambientaciones a escala natural, permiten al visitante vivir la experiencia de los momentos históricos trascendentales del país.

A los personajes anteriores: escena del 2 de Agosto, La Condamine con los geodésicos y Eugenio Espejo, primer bibliotecario de Quito, se han incorporado otras figuras, necesarias para complementar el discurso histórico.

Así como Manuela Cañizares, Juan de Dios Morales, Antonio Ante, Juan Pablo Espejo, el Barón de Carondelet, el obispo Cuero y Caicedo, el Conde Ruiz de Castilla, Carlos Montúfar, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, y varios  anónimos, como muestra de la participación de diversos grupos sociales en estos procesos.

Las figuras han sido elaboradas por técnicos del Centro Cultural Metropolitano en base a una rigurosa investigación histórica e iconográfica.

El museo está abierto al público en general de martes a domingo de 09:00 a 17:00. Los adultos deberán pagar $ 1,50, mientras que los estudiantes, niños y adultos mayores $ 0,75 y $ 0,50 los discapacitados.