En el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, Arcabuz es un arma antigua de fuego, con cañón de hierro y caja de madera, semejante al fusil, que se disparaba prendiendo la pólvora del tiro mediante una mecha móvil colocada en la misma arma.

Pero para un grupo de jóvenes ecuatorianos su significado y grafía son totalmente diferentes. Se escribe con k, es decir, ‘Arkabuz’ y significa libertad.

Y es que bajo ese concepto, Nicolás Idrovo, Federico Idrovo, Iván Vásquez y Gonzalo Fernández, decidieron cantarle a las cosas sencillas de la vida, desde hace siete años, cuando emprendieron su recorrido musical inspirados en la vida misma y la libertad que tienen los seres humanos de escoger y tomar sus propias decisiones.

Para Federico Idrovo, hijo del reconocido músico Hugo Idrovo, la música es la esencia de su vida, ya que en el seno de su hogar siempre estuvo presente en todas sus expresiones. “Siempre estuve rodeado de guitarras, grabaciones, conciertos y demás. Soy un canal de la música y mis padres confiaron en mí y me dieron la libertad para irme a vivir con mis compañeros de banda para hacer música, y eso me dio más confianza de autosuficiencia. Nosotros somos autodidactas de la música”.

Nicolás Idrovo, quien es uno de los compositores del cuarteto, define a la banda como “libertad, vida y pasión” por las cosas que enriquecen al ser humano y lo lleva a un estado de relajación y diversión.

“Nuestra onda no se puede definir con un solo género porque simplemente tratamos de hacer lo que nos gusta y ofrecerle al público eso que nos hace sentir bien y contagiarlos de buenas vibras. Nuestros ritmos están inspirados en las playas y en el mar”, comentó.

Gonzalo Fernández, quien nació en Milagro pero creció entre Guayaquil y Quito y actualmente está radicado en San Cristóbal, comentó que las energías del universo los unió para hacer música y desde entonces cantan sin seguir estereotipos de ninguna clase. “Nosotros no hacemos covers. No le mentimos a nadie como los demás. Nunca estamos en contra de las reglas porque no las conocemos”, aseguró.

Agregó que el hecho de vivir en Galápagos los invita a entender un poco más a la naturaleza y a conocer al ser humano y su convivencia en un hábitat simple y distinto al de las grandes ciudades. “No tenemos que pasar por el estrés de los carros ni del apuro por llegar a nuestros trabajos”.

Iván Vásquez expresó que las canciones que interpretan están cargadas de positivismo, de amor a la vida y a la naturaleza y transmiten un mensaje de amor propio y por los demás.