Cargado de positivismo, el cantautor Andrés Sacoto dejó de lado a sus compañeros de Cruks en Karnak y ahora camina en solitario por el mismo sendero y rodeado del arte culinario musical.    

‘Cómete la vida’ es el nombre del primer tema que promociona como solista y con el que pretende adentrarse en el “corazón de los ecuatorianos” y contagiar de su buena vibra.

La canción sigue de cerca la fusión de la trompeta con la percusión, algo similar a su antigua etapa con los Cruks o los Chaucha Kings, pero que invita a bailar y a colmarse de optimismo. Sacoto está convencido de que la música es la mejor terapia para sanar heridas del alma y oírla es una necesidad básica como respirar, dormir y comer, por lo que “alimentarse va más allá de lo físico, es compartir y disfrutar con la familia y los amigos; es no complicarse, es reír  más y pelear menos”.

Este concepto fue plasmado en el tema que lanza después de varios años de componer para otros artista. Fue su esposa,  Susana Guzmán, quien lo motivó a lanzarse como solista, a que saliera de su zona de confort, como lo hacía antes. ‘Cómete la vida’ nació de su vínculo con la gastronomía, la familia y la vida. Sacoto dice que al ser hijo de una argentina y nieto de españoles e italianos, siempre tuvo una relación estrecha con la cocina, con la preparación de los alimentos, con la creatividad que se imprime para hacer cada plato, todo aquello heredado de su progenitora.

“Esta canción es una metáfora que hago sobre la comida y su similitud con la vida. Esta hay que disfrutarla y comerla, ser feliz hoy, en el presente, y proyectarse hacia el futuro”, indica con una sonrisa en su rostro.

Los ingredientes de su música

‘Cómete la vida’ formará parte de un disco de 12 temas que lanzará a inicios del próximo año, mientras le sigue “echando un toque de sal y otro de aliño” para que esté bien cocido.

Explica que no se enmarca en un concepto musical de sencillo, sino en el complemento de un conjunto de hechos que cuentan una sola historia, algo más definido que va contra la tendencia actual de lanzar uno o dos temas y después “desaparecer de la escena musical”.

Otro de los ingredientes de este álbum es el arte que tendrá el material discográfico. En la portada habrá un cubo de Metatrón, símbolo “de la vida misma y que guarda relación con la geometría sónica o sagrada”.

Lo mismo ocurre con la guitarra que manipula y que fue hecha por el luthier ecuatoriano Hugo Chiliquinga, que se conecta con las raíces musicales del país y de aspectos “místicos” que influyen en su carrera y en su vida personal como hermano, esposo y amigo.

Para la grabación de esta canción, Sacoto contó con la participación de Pablo Estrella (guitarra), Gino Castillo (percusión), Fabián Fonseca (trompeta, y nieto de Juan Punguil, fundador de la banda 24 de Mayo), Jairo Gallegos (clarinete), Gregorio Carrera (batería), entre otros. (I)