Las mujeres chinas sueñan con el bisturí

Chen Yan tiene 35 años y terror a envejecer. Como todas sus amigas, esta joven china decidió recurrir a la cirugía estética; esta vez para ella llegó la hora de cambiar de nariz.

“Cuando una se casa, es madre y llega a los 30, se le considera mujer madura”, suspira ella, que acaba de someterse a la operación.

El sector de la cirugía estética vive un auge en China, alimentado por el aumento de los ingresos, la occidentalización de la sociedad y la voluntad de aumentar las posibilidades de obtener un empleo.

Hay muchos candidatos y a medida que se incrementan las consultas florecen también las clínicas especializadas, en particular en las grandes ciudades del país.

Al menos 14 millones de chinos deberían recurrir a la cirugía estética en 2017, un aumento del 42% respecto al 2016, según la aplicación especializada SoYoung, que recopila datos de varias fuentes, entre ellas la consultora Deloitte.

Chen Yan, quien regenta una tienda en la provincia de Hunan (centro), recorrió varios cientos de kilómetros para operarse en la clínica Huamei de Shanghái (este), la capital económica china.

El costo total: 52.515 yuanes (7.900 dólares, 6.700 euros).

El establecimiento tiene cuatro plantas y un jardín en el techo para que los pacientes puedan relajarse durante su convalecencia. Entre los servicios que ofrece, propuestas para él y para ella: aumento de pechos, modelación de orejas, operación para reducir la sudoración de las axilas e incluso implantes de patillas o de vello púbico.

Este hospital privado parece más un hotel de cinco estrellas.

Según el cirujano Li Jian, el 90% de los clientes son mujeres entre 16 y 70 años. Las cirugías más populares son las liposucciones en cara y cuerpo y las rinoplastias, dado que muchas chinas desean una nariz más fina, más “occidental”. (I)