Los libros, personajes animados y colores que sobresalen en un aula llaman la atención de Stalin, paciente pediátrico del Hospital IESS Quito Sur. El niño hace una semana está internado por neumonía.

Estela García, su madre, destaca la existencia  de esos salones de clases en el sanatorio. “Las maestras son cariñosas y les hacen olvidar los  malestares”.

Regina Villamarín, madre de familia, coincide con el servicio. Su hijo Jonathan, de 8 años, presenta problemas en su pierna izquierda. Una hinchazón le impide movilizarse. El menor lleva cinco días en el establecimiento.

“Me parece importante y bueno que exista esta ayuda, porque eso le permite a mi hijo seguir al día las clases y también animarse en medio del dolor que lo aqueja”.

Este tipo de espacios, que suman 52 en el territorio nacional, permite que niños y adolescentes hospitalizados puedan continuar con su preparación.

Desde 2006 hasta la actualidad se han beneficiado de este programa, que impulsa el Ministerio de Educación (MinEduc), 26.900 alumnos.

“Este espacio permite que el grupo etario -según su condición médica- realice sus actividades escolares regulares, porque cuenta con los libros e implementos necesarios para ello”, expresa Aleyda Matamoros, subsecretaria de educación especializada del Ministerio de Educación (MinEduc).

En el nuevo nosocomio del sur de Quito hay dos aulas, similar número de docentes, una sicóloga. Ellos brindan atención especializada a los pacientes que requieren asistencia.

Las pedagogas Sonia Hidalgo y Lorenza Alba visitan  diariamente a los niños. Cuando ellos pueden acuden al aula; de lo contrario los materiales son trasladados a la habitación.

“Estamos capacitadas para brindar enseñanza en todos los niveles de básica; pero si hay alumnos de bachillerato tenemos la colaboración de maestros itinerantes de las unidades educativas del sector”, expresó Hidalgo.

Las clases de las aulas hospitalarias se desarrollan,  igual que en un centro educativo, de lunes a viernes. (I)