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El 10,62% de los ecuatorianos no entiende lo que lee, ni puede resolver cálculos básicos
Elena Chinachi, comerciante de profesión, pisó por primera vez un aula de clase a los 49 años.
Ella no sabe leer, ni escribir. Trabaja en la venta de legumbres. Por la necesidad de conocer cuánto invertía y ganaba aprendió a sumar.
La mujer, que es abuela de 3 niños, se fijó la meta: alfabetizarse.
La visita de Verónica Andrade, docente del Ministerio de Educación (MinEduc), la hizo plantearse el reto. La profesora tocó las puertas de su casa, ubicada en la parroquia Calderón, en el norte de Quito.
Hoy se conmemora en el mundo el Día de la Alfabetización. Y Elena, esta semana, está sentada, a las 15:30, en la primera fila de la sala del Centro de Desarrollo Comunitario (CDC).
Ella en la parte superior de un cuaderno de 4 líneas, con lápiz, escribe su nombre y la fecha. Se tarda un poco, se fija en cada trazo y le indica a la maestra que culminó el escrito.
Comparte el aula con 15 personas (10 mujeres y 5 hombres). Todos adultos que decidieron continuar la formación básica.
En el mundo, 750’000.000 de adultos son iletrados. De ellos, 2 tercios corresponden a mujeres.
Mientras que en Ecuador, según el MinEduc, la tasa de analfabetismo fue de 5,65% hasta diciembre de 2016 y el 6,80% se registró en 2010.
Un conocimiento superficial
Gustavo Arco, experto en educación, explica que leer y escribir no basta cuando las personas no entienden los textos o no pueden resolver cálculos matemáticos simples (regla de 3 para obtener el porcentaje de una cifra). Esta incapacidad es conocida como analfabetismo funcional.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) señala -en su portal web- que es un gran obstáculo para el desarrollo mundial. El organismo calcula que más de 73’000.000 de personas son incapaces de incorporarse a las transformaciones mundiales actuales.
El Salvador, Guatemala y Nicaragua son los países con los peores indicadores en la región, según el informe Educación para Todos en el Mundo.
Asimismo, el documento destaca que en Colombia 6 de cada 10 estudiantes no entienden lo que leen.
En Ecuador, según la cartera de Estado, el 10,62% de la población es analfabeta funcional. El 18,9% reside en la zona rural y el 7% en el área urbana. Chimborazo es la provincia que registra mayor porcentaje de esta incapacidad con el 22,70% y le sigue Manabí con 17,38%. En lo que respecta a los cantones más grandes, Cuenca presenta el 4,88% del déficit, Machala el 6,90%, Guayaquil el 6,5% y Quito el 4,2%.
¿Cuáles son las causas del problema?
El Ministerio del ramo destaca 3: las condiciones económicas, sociales y familiares, las cuales impiden que ingresen al sistema educativo o que abandonen sus estudios; las circunstancias personales, que obligan a dar prioridad a las actividades laborales; y la falta de tiempo para vincularse a procesos académicos.
Este tipo de analfabetismo -agrega el experto- no solo está presente en estudiantes de primaria o secundaria. También se da en quienes son parte de la formación en centros superiores.
La dificultad con lo digital
Palabras que a muchos podrían resultar familiares como mouse, e-mail o Google; y términos más complejos como tarjeta drive, código embed o streaming resultan totalmente extrañas para el 11,5% de los ecuatorianos.
El porcentaje de analfabetos digitales (personas que carecen de un celular activado y no han usado una computadora e internet en el último año) fue evidenciado en enero de este año por el el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). En 2012 este tipo de ineducación fue el 21,4%.
Arturo Fiallos, de 53 años, a pesar de que culminó la primaria, confiesa que cada vez que necesita hacer algún trámite que implica usar una computadora pide ayuda a sus hijos o nietos. Lo mismo pasa con su celular. “Solo sé como llamar. ¿Para qué más?”.
El docente Juan Quinteros sostiene que el analfabetismo digital no se trata solo del conocimiento del manejo de una computadora o un smartphone.
Para él, los adolescentes se vuelven expertos en el uso de las redes sociales, pero no logran desarrollar las habilidades que les permitan resolver problemas.
La Unesco este año planteó una reflexión sobre la enseñanza en un mundo digital. La organización internacional, basada en un informe del Banco Mundial, estimó que por cada persona que tiene conexión de banda ancha de alta velocidad, cinco no la tienen. “Internet ha crecido rápidamente, pero su acceso no es en ningún caso universal”.
En América Latina el 70% de la población tenía un celular y más de 300’000.000 internet móvil. (I)
Ecuador ejecuta 2 programas para terminar los estudios y alfabetizar
El Ministerio de Educación (MinEduc) oferta desde 2011 el proyecto EBJA para Jóvenes y Adultos. El propósito es alfabetizar a la población que por razones económicas, geográficas y sociales no finalizó su preparación básica media.
Sin embargo, en el país más de 600.000 personas aún faltan de alfabetizar que se concentran principalmente en las provincias de Guayas, Manabí, Pichincha y Chimborazo, con este objetivo la cartera de Estado lanzó la campaña ‘Todos ABC Alfabetización y Educación Básica Monseñor Leonidas Proaño’.
Las inscripciones, que están abiertas, se mantendrán en las sedes y distritos educativos hasta el 30 de este mes.
Los registros extraordinarios serán del 16 al 27 de octubre.
El inicio de clases será el próximo 21 de octubre en los centros que se asignarán para esta campaña.
Las direcciones se anunciarán al cierre de los registros. Las tutorías radiales se emitirán desde el lunes 23 de octubre.
Para el desarrollo de las clases radiofónicas se entregará un kit educativo que contiene cartillas y un CD, en el que se encuentran las sesiones (para reforzar su aprendizaje).
Uno de los inscritos, para cursar este programa de formación, es Baltazar Uscha, el último hielero de Chimborazo.
Él y otras personas recibieron información de funcionarios del MinEduc del sistema. Hasta 2020, la meta estatal es alfabetizar a 200.000 personas (en tres fases).
La campaña -añade la institución- no solo alfabetizará, sino que también apoyará a los estudiantes para que obtengan el título de bachiller en cinco años. (I)