Admisión a la ‘U’ seguirá a cargo de la Senescyt

Durante el primer debate de las reformas a la Ley Orgánica de Educación Superior (Loes), el Pleno de la Asamblea Nacional recibió a las principales autoridades de ese nivel académico.

El primero en exponer fue Augusto Barrera, titular de la Secretaria de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).

El funcionario expuso sobre los roles y las competencias de los tres organismos que conforman el sistema: el Consejo de Educación Superior (CES), el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la  Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) y la Senescyt.

Barrera aseguró que no se tiene previsto que alguna de las tres instituciones desaparezca.

La reforma -añadió- propone aclarar las funciones de cada una de las entidades, con el objetivo de crear  una base de datos única que permita a las universidades mejorar su operatividad.

Antes del primer debate, una de las propuestas fue que el CES se encargue del sistema de admisión a los centros de educación superior.

Sin embargo, Enrique Santos, presidente de ese organismo, aclaró que esa moción no fue incluida durante el informe que se presentó al Legislativo. “La Senescyt continuará al frente de este proceso”, resaltó el funcionario.

Con el fin de fortalecer el ingreso al alma mater se propone que los bachilleres accedan a la ‘U’ con criterios de equidad, basados en la libertad de elección (por méritos del estudiante), disponibilidad de cupos y la corresponsabilidad de los planteles.

“Estamos dispuestos a realizar una evaluación global del proceso de admisión”, agregó Barrera.

Por otro lado, acerca de la autonomía universitaria, la reforma señala que mientras mejor calidad y pertinencia exista en la universidad, mayor será su autonomía. También se busca un régimen de contratación pública específico para los centros.

A esto se suma que  puedan tener ingresos económicos propios (cuenta bancaria) para que puedan constituir un fondo.

Por su parte, Gabriel Galarza, presidente del CES, indicó que se prevé la eliminación de las categorías de las universidades y el tiempo  de acreditación dependerá de cada centro de educación superior. (I)

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Los institutos tendrán otro tipo de formación

El año pasado, 594.106 jóvenes se matricularon en una universidad, mientras que los vinculados a un instituto superior apenas sumaron 83.061. Frente a esta realidad, la reforma plantea un nuevo modelo de formación técnica y tecnológica.

El objetivo es que el título que emitan estos últimos centros tenga la validez de uno de tercer nivel. Los institutos que ya existen deberán acreditarse para contar con esta oferta académica. El Estado creará planteles de este tipo. (I)