El fuerte oleaje que golpeó las costas ecuatorianas y balnearios, como Jambelí, provocó que personal de los organismos de socorro se movilizara a sitios donde ya antes el fenómeno generó grandes daños.

La isla de Jambelí, en la provincia de El Oro, no fue la excepción.

En esta zona, la fuerza e intensidad de las olas causaron afectaciones en los muros de arena levantados por los comuneros.

A pocos metros del islote está un muro de escollera que ayuda a mitigar el poder de las olas. La alerta se dio desde el ECU-911 de Machala, que con sus cámaras visualizó las ondas. Isleños temían que, como en años anteriores, el agua arrasara con sus viviendas o negocios cercanos a la playa.

Ante el peligro y la fuerza de las olas se iniciaron las coordinaciones con las instituciones de respuesta. Así, miembros de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) y elementos de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas arribaron al islote. Los uniformados se trasladaron a puntos estratégicos con el objetivo de estar preparados para una evacuación inmediata de las familias que pudieran verse afectadas.

Luego de varias horas de susto, la central de emergencias informó que la intensidad de las olas comenzó a disminuir y en poco tiempo volvió  la normalidad al lugar.

En lo que va del año, 6 viviendas resultaron con daños en sus estructuras por los oleajes, árboles caídos y el relleno sanitario a punto de colapsar.

Los sectores más afectados son los extremos de la isla, el norte y sur, donde no existen muros de escolleras. En el centro de la playa ya no se presentan estos problemas gracias a la muralla.

Las viviendas destruidas se suman a las 4 que dejó el oleaje de 2014. La mayoría son casas de cemento donde familias solían pasar sus vacaciones. Los habitantes de este balneario recuerdan que hace unos 16 años las casas estaban separadas de la orilla por unos 200 metros, en la actualidad, esa distancia se ha reducido a entre 2 y 5 metros. (I)