Desde este mes, la planta de biogás de Cuenca empezará a quemar el metano que se produce en el relleno sanitario de Pichacay y con ello reducir la emanación de gases de efecto invernadero.

En 2013 inició este proyecto, pionero en el país, en la capital azuaya;  con él se busca captar y destruir el gas metano, producto de la descomposición de 450 toneladas diarias de desechos sólidos que llegan al relleno, a fin de disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, y al mismo tiempo, aprovechar el hidrocarburo para generar electricidad.

Con esta planta se espera producir inicialmente 1 megavatio/hora (mW/h); la energía será vendida a la Empresa Eléctrica Regional Centro Sur.

La venta de electricidad, según Ernesto Andrade, gerente de la empresa mixta Emac-BGP Energy, iniciaría en marzo de 2016 debido a que la adquisición de equipos aún está en proceso. “Este mes comenzaremos a quemar el gas que está saliendo del relleno sanitario y en marzo, la venta de energía”, dijo.

Hasta el momento, de acuerdo con el funcionario, el proyecto tiene un avance del 90%. Se realizan las pruebas de funcionamiento de los equipos y han iniciado la contratación de los últimos concursos para la adquisición de redes de conexión y un sistema de control automatizado de la planta.

El proyecto consta de 30 pozos de una profundidad de entre 20 y 30 metros. Estos captan los gases del relleno como el dióxido de carbono, el monóxido de carbono y el metano (el 50% de gases) que son llevados a través de conductos al bioprocesador que se encarga de separar los componentes, para luego enviar el gas purificado a un motor que finalmente genera la energía que es llevada a un transformador conectado al Sistema Nacional Interconectado.

Cada kilovatio (kW) será vendido a $ 0,11 y la empresa planea tener un ingreso mensual de $ 70 mil.

Según Andrade, no se trata de un proyecto económicamente rentable sino más de importancia ambiental, pues con la generación de energía se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.

Retrasos

El proyecto ha tardado en consolidarse. Sus estudios ambientales iniciaron hace más de 5 años en la primera administración del actual alcalde, Marcelo Cabrera.

En julio de 2013 inició la perforación del primer pozo de extracción y según la gerente de la Empresa Municipal de Aseo (Emac) la demora se debe a inconvenientes en los procesos de importación de los equipos. “Se ha alargado bastante la entrega de la planta. Una de las razones son las circunstancias que atraviesa del país y las limitaciones de importación de equipos con salvaguardias, lo que ha conllevado a que tengamos que ampliar los tiempos”, dijo Andrea Arteaga, gerente de la Emac.

A esto, según el gerente de la empresa mixta, se han sumado otras situaciones como los procesos de contratación: “El proyecto ha tenido más de 25 contratos, realizarlos toma tiempo”, dijo Andrade.

Con la planta se prevé reducir la emisión de 60 mil toneladas anuales gases de efecto invernadero, en especial el gas metano, que es 20 veces más contaminante que el dióxido de carbono (CO₂), lo que equivale a la reducción de la contaminación producida diariamente por unos 14 mil vehículos.

Para la ejecución de la iniciativa, se creó la empresa de economía mixta Emac EP-BGP Energy, EBP,    cuyo socio mayoritario es la Empresa Municipal de Aseo de Cuenca, con el 51% de acciones. El proyecto cuenta con las certificaciones de calidad ISO 9001, ISO 14001, y el certificado de seguridad y salud ocupacional OHSAS 18001. (I)