Con el objetivo de fomentar y mantener un negocio propio, 14 mujeres del recinto Suncamal, cantón Cumandá, en Chimborazo, se asociaron para crear la primera planta procesadora de panela de la zona.

Cada una mantiene parcelas de entre 100 y 200 metros cuadrados en las que siembran y cosechan la caña de azúcar. Antes de concretar esta idea, ellas no tenían trabajo ni un sustento económico regular.

“Nos dedicábamos a entregar la caña a intermediarios que se llevaban a otras ciudades para procesarla. Nos pagaban poco, así que decidimos que lo mejor era aprovechar lo que tenemos”, indicó Zoila Yánez, una de las asociadas.

Con la ayuda de fundaciones iniciaron el proyecto que en la actualidad tiene 5 años de vida jurídica. El grupo no solo cultiva, sino que también obtiene  panela 100% orgánica que es distribuida en los supermercados de las provincias de Chimborazo, Tungurahua y Bolívar.

El trabajo que realizan requiere de gran esfuerzo físico. Primero recogen la caña que la transportan a un depósito para clasificarla. Las mejores pasan la prueba para ser procesadas, retirar sus impurezas, la limpieza y el lavado.

Las que no son aprovechadas para el proceso son empleadas  para  producir aguardiente que también se somete a un sistema de purificación para el consumo.

Luego sigue la reclasificación, la caña seleccionada ingresa en el molino para obtener el jugo que atraviesa por diversos tubos hacia tres calderas que hierven el líquido a  100 grados centígrados hasta obtener un punto caramelo.

Al solidificarse el producto está listo para ser empacado bajo los registros sanitarios y las medidas de salud. A diario la fábrica de biocaña procesa 450 fundas de una libra de panela que se comercializa a $ 1.

“Nos sentimos orgullosas de lo que logramos. Ofrecemos un producto excelente para la salud”, aseguró Lorena Robalino.

Esta actividad también atrae a los turistas. Por eso, el Ministerio del ramo difunde el lugar a través de  diferentes operadoras. (I)