Como parte de las celebraciones navideñas, 18 jóvenes con discapacidad auditiva demostraron sus destrezas en el baile.

Los jóvenes quisieron resaltar que en su mundo de silencio la música los hace vibrar. Ellos son alumnos del Instituto de Sordos de Chimborazo.

Además, presentaron una feria en la que no solo plasmaron sus ideas e imaginación en productos navideños, sino que deleitaron al público con danzas y pasillos.

El objetivo fue recaudar dinero para los gastos que cada estudiante tiene. Por eso, hubo tarjetas hechas con productos reciclados, bolsos, cuadros para decoración y flores.

“Promocionamos los productos por varias semanas y nos dio buenos resultados. Teníamos 500 tarjetas y todas se vendieron. Eso demuestra el interés de la gente en contribuir con nuestros estudiantes”, dijo Susana Romero, directora del instituto.

La variedad de artículos llamó la atención de las personas que caminaban por el céntrico parque Pedro Vicente Maldonado, las cuales se detuvieron a observar las carpas.

“Me parece interesante la manera de expresar lo que sienten. Me dio mucho gusto contribuir con su objetivo. Los precios son accesibles y hubo bonitos adornos”, expresó  Irene Basantes, riobambeña.

Movimientos sincronizados  

Sin embargo, lo que más cautivó a la gente fue la soltura y el ritmo con  que los jóvenes coordinaban sus movimientos de baile. Para esto, el equipo de sonido fue colocado en el piso, así los bailarines sentían la vibración. Practicaron durante 2 semanas para que el pasillo les quedara sin errores de movimiento.  Los hombres y mujeres usaron la plazoleta para la demostración.

“El hecho de que ellos no escuchen la música no es un impedimento. Sienten la vibración y se mueven a su ritmo, nadie pensaría a simple vista que ellos son sordos porque se desempeñan muy bien”, manifestó Fanny Ocaña, maestra.

De esta manera los estudiantes expresaron sus buenos deseos navideños y para el nuevo año.   

“Tenemos tanto que demostrar y el próximo año lo plasmaremos en más productos para beneficio de los ciudadanos de esta urbe y de otras provincias del Ecuador”, prometió  Jonathan Santillán, estudiante con discapacidad auditiva que participó en los bailes. (I)